La verdad oculta

La verdad oculta

Por: Camila Castaneda

Capitulo 1

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Fleur , con sus rizos castaños alborotados y una sonrisa que iluminaba cualquier habitación, era la viva imagen de la alegría. A sus 20 años, dividía su tiempo entre la pasión por la Fleur medicina y el dulce encanto de su pastelería, “Pasteles de la Casa”.

En las mañanas, se sumergía en los libros de medicina, soñando con convertirse en una doctora y aliviar el dolor de los demás. Por las tardes, cambiaba su bata blanca por un delantal lleno de harina, llenando el aire de aromas deliciosos y creando pasteles que eran la delicia de los pacientes del hospital donde trabajaba.

Su calidez y bondad la convertían en un ángel para ellos, alguien que llenaba sus días de esperanza con una sonrisa y un trozo de pastel.

Sin embargo, detrás de esa fachada de optimismo y perseverancia, Fleur escondía un pasado marcado por la oscuridad. Una infancia arrebatada por la pobreza y la crueldad, donde la sombra de su padre la perseguía como un fantasma , Fleur observaba por la ventana el gris de la ciudad, un reflejo de la melancolía que inundaba su ser. Un suspiro escapó de sus labios, cargado de recuerdos que la atormentaban desde la infancia.

Cerró los ojos y se vio transportada a una pequeña casita a las afueras de la ciudad, rodeada de un jardín marchito. El aroma a tierra mojada se mezclaba con el eco de un sonido que la helaba la sangre: el chasquido del cinturón de cuero de su padre.

Un sonido que aún resonaba en su mente como un eco de pesadilla.

Y sentada en la cama su corazón Palpitaba como un tambor enloquecido. La oscuridad de la habitación la envolvía, acentuando la quietud que solo era interrumpida por su respiración agitada. Un escalofrío recorrió su cuerpo, como si el terror de su sueño aún la persiguiera en la vigilia

Al abrir de nuevo sus ojos deseo con todas sus fuerzas retroceder en el tiempo, encontrar a su padre en su juventud y guiarlo por un camino diferente, uno libre de violencia. Sabía que era imposible, una vana ilusión que solo alimentaba su dolor.

 

 

 

 

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