—Sigue creyendo en tus fantasías, Fleur —dijo con una sonrisa burlona—. Pero la realidad es que solo son un puñado de personas sin ambiciones, conformes con un trabajo mediocre.
Fleur tragó saliva, luchando contra las lágrimas que amenazaban con brotar de sus ojos. No podía permitir que la arrogancia e ignorancia de Felipe la derrumbaran.
—Te equivocas, Felipe —dijo con la voz más firme que pudo—. Ser enfermero o enfermera no es un trabajo mediocre, sino una vocación noble que requiere de una gran fortaleza y un corazón compasivo. No cualquiera puede hacerlo, y aquellos que lo hacen merecen toda nuestra admiración y respeto.
Felipe la miró con incredulidad, incapaz de comprender la pasión que ardía en sus ojos. Se encogió de hombros con desdén y se alejó, dejando a Fleur sola con sus pensamientos.
Fobo se mordía el labio inferior con fuerza, conteniendo las lágrimas que amenazaban con derramarse. Las palabras de su padre resonaban en su cabeza como un eco doloroso:
“Lo siento mucho”, murmuró Fobo, dirigiéndose a la enfermera y a Fleur que lo rodeaban con miradas comprensivas. “No fue mi intención arruinar su tarde “
“No digas eso, Fobo”, lo consoló la enfermera Doris tomando su mano con cariño. “Tu padre no tiene idea de lo que dice. Tú eres un gran enfermero Fobo asintió, agradecido por el apoyo de Fleur y de la enfermera Doris
Ambas salieron de la casa de fobo , y Fleur estaba indignada con los comentarios retrógradas de su abuelo , quería gritar con toda la fuerza que venía del futuro y que ahí no era así
Fleur salió de la casa con la ira resonando en cada pisada. Las palabras de Felipe aún resonaban en su mente como un eco molesto
La enfermera salió corriendo tras de ella , Fleur estaba sentada en una banca en la calle con la frente fruncida . Llega la enfermera y le pregunta
Enfermera: y … Que fue eso en la casa de Felipe , no entiendo que pasó
Fleur miró a la enfermera a los ojos, tratando de leer sus intenciones , lo que pasa es que vengo del futuro y… Fobo es mi tío
Al acabo de un rato se sintió mal por revelar su secreto a la enfermera una señora que venía del pasado le reveló que venía del futuro pero lo que quería Fleur era expresar su ira y desahogarse con ella
— ¡No puede ser! ¡Eso es imposible! — exclamó la enfermera, con los ojos desorbitados y la voz temblorosa.
— Te lo digo en serio, enfermera — susurró, con la voz apenas audible—. Vengo del futuro
— La enfermera se acercó a ella, dudando si debía tomarle la temperatura o llamar a un psiquiatra. Fleur Parecía completamente lúcida, pero su historia era demasiado descabellada.
— ¿Cómo lo haces? — preguntó, tratando de mantener la calma.! Es doloroso?
Fleur, Cerró los ojos y respiró hondo y una leve sonrisa se le formó en el rostro
— Es como una sensación, un cosquilleo en todo el cuerpo. De repente, todo se vuelve borroso y cuando abro los ojos, estoy en otra época
—
La enfermera la observó en silencio, tratando de descifrar si decía la verdad o si era una elaborada fantasía.
— ¿Y a dónde has viajado? — preguntó finalmente
Fleur: para ser sincera , este a sido mi primer viaje , y como te dije cuando abri los ojos estaba en un cuarto extraño, en un hospital
La enfermera Doris observaba a Fleur con una mezcla de fascinación y escepticismo. No podía creer lo que sus ojos le decían. Fleur, la joven que yacía en la cama del hospital, no era como ella se había imaginado a una chica del futuro.
Doris había leído historias sobre viajes en el tiempo, sobre humanos con habilidades sobrehumanas y sobre mundos tecnológicos increíbles. Esperaba que Fleur fuera algo así, una visión del futuro que la sacudiera hasta la médula.
Pero Fleur era… normal.
La enfermera miraba a Fleur con recelo , la observaba con serenidad. Su atuendo , sencillo pero elegante , no desentona a en absoluto con la época que se encontraba . De hecho, Fleur fácilmente podría pasar por joven cualquiera de su tiempo, si no fuera por la mirada profunda y llena de determinación. La enfermera, sin poder evitarlo, se imagino a las jóvenes del futuro. Las visualizo como seres extraterrestres , con ropa metálica que brillaban bajo la luz artificial de la ciudad. Sus cabellos eran de colores imposible imaginarse en esa época como azul como el cielo, verde neón
