La alarma sonó como todos los días a las 6.30 de la mañana. Luis se levantó de la cama para alistarse e ir a trabajar.
Le faltaba solo un semestre para graduarse de licenciado en administración y negocios internacionales y ya había conseguido una beca para continuar con sus estudios de maestría en España.
Todo marchaba según lo planeado, había conseguido trabajo en la municipalidad, en el área de administración, como ayudante de un amigo de su profesor. Trabajaba ahí ya medio año, lo hacía como empleado de medio tiempo, pero como ahora estaba de vacaciones lo hacía de tiempo completo.
Recorrió con su auto las calles de Santa Lucía e hizo una parada en la nueva cafetería pidió un café y una empanada para llevar y continuó su recorrido hasta llegar a la municipalidad.
Saludo a todos como era de costumbre, Felipe su compañero de cargo y a Laurita la secretaria de su jefe. Ellos lo saludaron con gusto, tenía la suerte de tener un ambiente laboral muy estable. Felipe preguntó si ya había llegado su jefe, el señor Elías, pero respondieron que no, eso era extraño ya que su jefe era un hombre muy puntual.
Todos los del área de administración hacían su trabajo correspondiente, el tiempo fue pasando poco a poco y el jefe no llegó. Todos se preguntaban ¿qué habrá pasado para que el señor Elías no haya ido? y lo que es más importante que no haya avisado a nadie de su inasistencia, él era una persona muy responsable y no era común esos hechos.
Como ya era la una de la tarde, todos salieron a almorzar. Laurita había salió a ser una diligencia y los alcanzaría en el restaurante. Mientras comían sus entradas, Laurita entró velozmente y se sentó junto a ellos, estaba muy sorprendida y tanto Luis como Felipe se dieron cuenta y le preguntaron qué había pasado.
—Chicos les tengo una noticia, ya sé por qué el señor Elías falto a trabajar. Estaba despidiéndome de Sara, cuando unos policías entraron a la cafetería, esa nueva que recién acaban de abrir. Al parecer el policía era amigo del dueño del café ya que se hablaban con mucha confianza y él había ido ahí a comer algo. Yo no soy chismosa, pero tengo oídos y en mi defensa hablaron muy fuerte. Lo primero que escuche es que la comisaría era un caos, porque una chica que pensaban que estaba muerta pues volvió. La encontraron por la carretera Villarreal desvariando y cuando la llevaron al hospital nadie sabía quién era, por eso fueron los policías y al tomarles las huellas descubrieron que se trataba de una chica que pensaban que estaba muerta ya que llevaba mucho tiempo desaparecida.
—¿Qué? ¿enserio?... no puedo creerlo, pero todo esto ¿Qué tiene que ver con el Señor Elías?
—Ahí voy, que la persona que encontró a esa chica es el jefe, al parecer casi la atropella mientras venía para acá y como la chica estaba desorientada casi al desmayo la llevó al hospital y luego fue a la comisaría a dar sus declaraciones.
—Wow, es una locura.
—Verdad que si
El almuerzo se llenó de suposiciones y teorías por parte de Laurita y Felipe, en cambio Luis sintió una enorme intriga con el caso de la chica desaparecida, ¿Cómo era posible este hecho? Se preguntaba qué habrá sentido esa pobre chica al descubrir que no la buscaban, sus familiares, sus amigos, todos continuaron con su vida y ella solo seguía esperando a que la ayudaran sin saber que ya hace mucho tiempo la habían enterrado y que ahora era un fantasma, a pesar de seguir viva.
La tarde pasó muy rápido. Luis manejaba por la pista, cuando recibió un mensaje de su novia. Él lo leyó velozmente, ya que sus manos estaban puestos sobre el timón, en el mensaje le decía que regresaría dentro de tres días y que lo extrañaba mucho. Él dio una sonrisa pequeña mientras leía el mensaje. Antes de ser su novia Eliana había sido su mejor amiga quien lo acompañó y siempre estuvo para el en los momentos más difíciles. Ella se había ido de viaje por trabajo y pronto regresaría, esto hizo que el adelantara algunas cosas. Luis tenía planeado hacerle una cena romántica en la playa, pero con la noticia de su llegada adelantada la sorpresa tendría que ser en otro lugar. Tenía que ser especial cumplirían un año de novios y tenía que ser algo inolvidable.
Llego a casa y tomo una ducha, eso lo relajo. Prendió la televisión y como había predicho Laurita las noticias locales estaban llenas de titulares sobre la chica desaparecida. Solo que estaba vez Laurita se equivocó ya que los titulares no hablaban del reencuentro con sus familiares, sino que había vuelto a desaparecer, la chica aprovechó el descuido del guardia y desapareció nuevamente y esta vez sin dejar rastro. Las autoridades no querían decir el nombre de la joven y pedían a la comunidad que llamaran a la policía si veían a una joven desorientada.
¿Por qué desaparecería de nuevo? se preguntaba Luis, debió tener miedo con toda esa gente, seguramente aquella joven debe de estar muy lejos de aquí. Alguien tocó el timbre y Luis se levantó a abrir, era el delivery, había traído el arroz con pollo que pidió para su cena.
La noche pasaba muy rápido y la luna llena se podía ver en el cielo. Luis se alistaba para ir a dormir, apago la luz y cerró los ojos, al hacerlo inmediatamente se quedó dormido. Él tenía esa habilidad lograba conciliar el sueño muy rápido. Sin embargo, esa sería la última vez por mucho tiempo que podría descansar tan a gusto.
Un sonido en la sala lo despertó, él estaba solo así que pensó que eran ladrones, se puso los zapatos y con mucho cuidado sin hacer ruido caminó hacia la sala, vio una silueta de una sola persona así que agarro lo primero que pudo y golpeó por la espalda al sujeto, este cayó gritando de dolor. Él aprovechó para prender la luz, sin imaginar que la persona que amaba era aquella a quien había golpeado.
—Luis, soy yo… dijo la voz de mujer.
—Tú ...tú
—Si amor, soy yo.
—Per… perdóname, no sabía que era tú, ¿cómo es posible? Estás aquí conmigo. Vamos al hospital.
— No, por favor … al hospital no.
Luis se acercó a ella, le acarició la mejilla y le dio un fuerte abrazo, empezó a llorar y a decir que lo sentía. Su celular empezó a sonar en ese momento, él ignoró eso. Él solo quería estar junto a ella y abrazarla. Luis estaba conmocionado. El celular que estaba en su habitación dejó de sonar y entonces un mensaje apareció ‘‘¿Estás durmiendo?, bueno ya es tarde solo quería escuchar tu voz y darte las buenas noches, te extraño, dentro de tres días volveremos a estar juntos, te amo…Eliana’’