Mónica nació en Trujillo, una ciudad al norte de Perú. Sus padres eran comerciantes en el mercado mayorista y a pesar de ser hija única, nunca estaba sola. Sus padres encontraban tiempo para jugar con ella, tuvo una infancia feliz.
Ella era el orgullo de sus padres, desde pequeña era muy inteligente, tanto así que recibió una beca para estudiar su secundaria en un colegio particular. No había padres más orgullosos que los de ella.
Al cumplir 16 años entró a la prestigiosa universidad de ingeniería. Solo pocos logran ingresar y ella lo había logrado, sin embargo, cuando estaba por el 3 año de su carrera la tragedia tocó su puerta. Sus queridos padres habían tenido un accidente, el bus en el que viajaban se había caído al abismo y habían perdido la vida, junto a otros viajeros. Esto destrozó a Mónica sumergiéndose en un oscuro laberinto de depresión y dolor. Pedro, quien era un profesor de su carrera, teniéndole estima, le aconsejo que no se diera por vencida, que sus padres no hubieran querido que ella se rindiera, al contrario, es ahora donde necesitaba luchar y seguir adelante por ella y por la memoria y el recuerdo de ellos. Le hablo de un concurso, donde los estudiantes ganadores ganaría un viaje a Estados Unidos, para participar en una investigación por 6 meses, todo el gasto correría por parte de la universidad.
Este concurso le interesó mucho, quería ocupar su mente en otras cosas y viajar le ayudaría, así que participo y oh sorpresa se quedó con uno de los 5 cupos.
Cuando bajó del avión quedó sorprendida de la gran diferencia de su país con el de Estados Unidos, los edificios, las pistas todo se veían como en las películas. Ella como sus compañeros de viaje estaban esperando a que la persona encargada de ellos los viniera a buscar. Así pasaron diez, veinte, hasta treinta minutos y nadie venía. Los chicos estaban impacientándose y preocupándose ¿Y si los habían olvidado? ¿Y si no venía nadie?, esas preguntas pasaban por sus mentes, pero no por la mente de Mónica, su dolor aún estaba fresco y estas cosas no le preocupaban tanto. Ya vendrán era lo único que respondía cuando le preguntaban.
Después de tanta espera, un joven alto de tez blanca y ojos marrones azabache, apareció en el aeropuerto todo cansado, haciendo suponer que había estado corriendo, tenía un cartel en la mano, que decía ‘‘Estudiantes de la universidad de ingeniería Perú’’. Aquel joven miraba por todos lados, esperando ver a los estudiantes, hasta que los chicos viendo que no los veían, gritaron que ahí estaban. El joven se acercó y se presentó con el nombre de James Wilson, este pidió disculpas por la tardanza. Todos se presentaron cordialmente, hasta que llegó el turno de Mónica, pero su saludo no pareció tan eufórico como los demás. Finalizando los saludos se pusieron en marcha.
Mientras hacían el tour por las instalaciones del Instituto de tecnología de Massachussets, los estudiantes se maravillaban por el campus. Todos hacían preguntas acerca del instituto, sus laboratorios y los horarios. James respondía todas las preguntas, hasta que Mónica le preguntó el porqué de su tarde, sus compañeros la miraron sorprendidos, pero Mónica solo quería que respondiera.
—Bueno, estaba haciendo algunos pendientes y la hora paso rápido.
—Aún no respondes bien mi pregunta, supongo que no quieres. Esta son las habitaciones ¿verdad? dijiste que podíamos elegir cualquiera del segundo piso, así que me iré a descansar, las clases comienzan mañana.
Mónica no espero que James contestara y simplemente fue a su cuarto y él solo la observo. Los demás estudiantes estaban preocupados que la actitud de Mónica los perjudicará. James solo sonrió y siguió con su tour con los demás. Pero la verdad, es que en el fondo la actitud de aquella jovencita había llamado su atención y no de mala manera.
La noche llegó como un suspiro, era la primera vez que Mónica dormiría en un país extranjero. Se sentía inquietada y a pesar de estar cansada por el viaje no podía dormir, así que se puso a mirar el cielo y la enorme luna que yacía en el frondoso azul. El viento soplaba a través de la ventana, era tarde y todos estaban durmiendo, así que decidió dar una vuelta.
Mientras caminaba por el campus encontró un árbol y este llamó su atención por lo grande que era, mientras se preguntaba la edad de ese árbol una voz masculina le respondió.
—Este árbol tiene como unos 150 años, así que hay que tenerle respeto por su longevidad.
—Es hermoso, ha vivido tanto… pero tú ¿qué estás haciendo aquí?
—Lo mismo iba a preguntarte, pensé que estabas cansada y que irías a dormir
—Lo intente, pero, aunque estoy cansada no logro dormir…así que quise tomar un poco de aire…Por cierto hace rato... no quería ser grosera... solo…
—Tenías curiosidad—Ella asintió.
—Bueno contestare tu duda. Llegue tarde a recogerlos porque estoy en una investigación sumamente importante que si logra realizarse será el proyecto de mi vida, no puedo darte más detalles …porque es secreto... sonrió.
—Hablas muy bien español
—Hablo bien español porque mi abuela materna era latina ella me enseñó y también tomé clases para perfeccionar mi acento. Conteste tus dudas.
—Si, gracias por eso.
—Ahora yo tengo curiosidad de ti, ¿Podrías contestar mis dos preguntas?
—Adelante
—¿Cuantos años tienes? ¿Tienes novio? ¿estas casadas? ¿por qué te ves triste? — tono gracioso.
—Esa son más de dos preguntas, pero las contestare. Cumpliré 19 dentro de algunas semanas, no tengo novio, ni estoy casada y …respiro hondo…. estoy triste porque perdí a mis…padres hace poco en un accidente.
La vida es tan curiosa y poca predecible, no sabes que te depara el futuro, un día estás triste y al siguiente feliz, un día no sabes que hacer y al siguiente todo está tan claro, un día no tienes a nadie y al siguiente tienes más de lo que podrías imaginar, un día pierdes a tus seres queridos y al otro encuentras a uno. Es lo que le pasó a Mónica ella solo quería alejarse y estar sola, por eso aplico a la beca, pero en el viaje encontró un nuevo inicio.
El tiempo pasó como un relámpago, solo faltaban dos meses para que regresaran a su país. Cada estudiante disfrutaba su instancia de la mejor forma posible. Por su parte Mónica después de esa noche de conversación, se volvió amiga de James. Él siempre estaba ayudándola con el idioma ya que se le dificultaba, empezaron a ser muy cercanos a pesar del poco tiempo de conocerse. La química que tuvieron desde esa noche era única. Él tuvo una sorpresa por su cumpleaños y todo empezó a fluir. En estos 4 meses él se volvió alguien importante para ella.
Una noche mientras caminaban cerca al árbol, aquel árbol que había sido testigo de su primera conversación, James agarró la mano de Mónica, la miró a los ojos y le confesó sus sentimientos, pueden que lo llamaran exagerado, solo habían pasado 4 meses de que conoció a Mónica, sin embargo, el amor que sentía por aquella joven era genuino, se podía ver en la mirada, se dice que los ojos son las ventanas del alma, pues en ellos solo se podía ver el afecto que sentía por ella. Por su parte Mónica no le era indiferente, esos cuatro meses había sigo la curita a sus heridas, James se había convertido en alguien especial. La noche fue testigo del inicio del romance de esta hermosa pareja. Empezó a llover de la nada, una lluvia ligera. El por su parte se puso debajo del árbol para cubrirse, sin embargo, Mónica se puso a jugar con ella, como si fuera una niña pequeña, recordando los juegos bajo la lluvia que solía jugar con sus padres. Después él la acompañó y como en las películas se dieron su primer beso bajo la lluvia, junto al árbol en ese lugar, lugar que ahora les pertenecía a ellos, pues estaban lleno de recuerdos.
Pero como nada dura para siempre y el tiempo es el peor enemigo de los enamorados, los dos meses que faltaban para acabar la estadía de Mónica en Estados Unidos llegó. La noche anterior al viaje de regreso, James fue al dormitorio de Mónica y le propuso que se quedara, que haría los trámites para que pudiera seguir estudiando, que él cuidaría de ella, que él haría todo por ella, le pidió que no se fuera, Mónica se quedó sin decir palabra alguna, luego miro los ojos de James y con una voz dulce le dijo que haberlo conocido fue lo mejor que le pudo haber pasado y lo que más deseaba en estos momentos de su vida es estar junto a él, sin embargo tenía que regresar a su país.
El avión aterrizó en el aeropuerto Jorge Chávez, los estudiantes bajaron del avión y fueron recibidos por un docente de la universidad que los saludo con mucho entusiasmo. Sin embargo, luego se dio cuenta que faltaba una alumna, eran cinco estudiantes quienes habían ido a ese intercambio y solo cuatro estaban de regreso. El docente preguntó dónde estaba la estudiante faltante, en ese momento todos se miraron y se pusieron nerviosos. Hasta que uno de ellos alzó la voz y dijo que Mónica no regresaría nunca. Estaba muerta.