EL ENIGMA DE EMMA

EL ENIGMA DE EMMA

Por: Juls Hualcas Mendoza

CAPITULO 4- NUNCA TE OLVIDE

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Luis observaba detenidamente a Emma, mientras ella dormía profundamente en sus brazos. Muchas preguntas martirizaban su mente ¿Realmente será mi Emma? ¿Cómo es que está aquí? ¿Qué fue lo que sucedió? tenía tantas dudas sin respuestas, sin embargo, no quería despertarla, estaba descansando tan a gusto que prefirió esperar a que ella se levantara por su cuenta. Mientras tanto, se levantó con mucho cuidado y se fue a la cocina y empezó a preparar el desayuno.

Emma se levantó con una tranquilidad que no había sentido en mucho tiempo. Hace tanto que no dormía tan bien. Salió de la habitación y vio a Luis preparando el desayuno, se quedó viéndolo por unos cuantos segundos, luego se le acercó sin hacer ruido y lo abrazo por la espalda, este al darse cuenta, giro su cabeza para verla a los ojos, ambos sonrieron.

—Buenos días, ¿Dormiste bien?

— Sí, hace mucho no descansaba tan bien.

—Prepare el desayuno, toma siento.

Mientras desayunaban, Emma notaba que Luis estaba intranquilo y no paraba de mirarla.

—Debes tener muchas preguntas ¿verdad? — preguntó Emma

—La verdad es que sí, anoche no pregunte nada porque todo fue tan repentino que no me cabía en la cabeza todo lo que está pasando, pero ya que lo mencionas, tengo tanto que preguntar.

—No sé si pueda contestar todas esas dudas que tienes, porque hay cosas que ni yo puedo entender. No sé porque me paso esto a mí, no lo entiendo.

—Imagínate cómo estoy yo, creí que habías muerto, tienes idea de cuanto te lloré, pero apareces de la nada y ahora no sé qué hacer.

—¿Muerta?, es la segunda vez que escucho que dicen que estoy muerta ¿tienes idea de lo que se siente? No estoy muerta, jamás lo estuve— alzó la voz, estuve encerrada durante todo este tiempo, tienes idea de lo que tuve que pasar, todo lo que sufrí. Todo el tiempo que pase encerrada, tuve la esperanza de que alguien viniera por mí, espere … por mucho tiempo a que me rescataran, pero nadie vino.

—Tranquila, no quiero que te pongas mal, entiende esto para mi es tan difícil como para ti, yo me negué a creer que te habías ido, te busque, incluso cuando la policía dejó de hacerlo. Te busqué por tres años. Me costó mucho dejarte ir, no sabes cuanto sufrí.

Emma se quedó sin decir palabra alguna, estaba confundida, no entendía lo que sucedía, simplemente observaba a Luis con una cara de confusión al borde del colapso.

—Emma, ¿estás bien? ¿qué pasa?

— ¿Tres años? Dijiste tres años, es imposible … de que estas hablando

—Emma, ¿qué pasa? —preocupado

Emma se levantó de la mesa y caminó rápido hasta el espejo de la sala, miró su reflejo y observó detalladamente sus facciones, luego volteo a ver a Luis.

— ¿Cuánto tiempo estuve desaparecida?

— Este año se cumple cinco años

—Imposible, solo fueron algunos meses, por qué dices que fueron cinco. Esa señora también dijo cinco años ¿por qué todos dicen eso?, no tiene ninguna lógica…me voy a volver loca, ¿qué me está pasando? ¿qué me está pasando? — entró en crisis

Luis se acercó y trató de tranquilizarla, estaba muy confundido no entendía lo que pasaba y sobre todo estaba muy preocupado por ella.

—Solo fueron algunos meses, estoy segura. Mírame, si hubiera pasado 5 años mi cabello hubiera crecido más, me viera más mayor. ¿Recuerdas la herida que me hice cuando me caí de la bicicleta?, mírala… estuviera super cicatrizada, mírala.

Emma se levantó el pantalón para mostrarle la herida que tenía en la pantorrilla, Luis quedó impactado, estaba más confundido que antes, sin embargo, se dio cuenta que Emma lucía igual que hace cinco años, cuando tenía 19. Recién ahora lo notaba, se preguntaba por qué no se había dado cuenta de esto antes. Por su parte Emma, también se daba cuenta que Luis se veía más maduro, no había cambiado mucho, seguía igual de guapo, pero tenía esa expresión de madurez que antes no.

Ambos se tranquilizaron y volvieron a hablar con mucha más tranquilidad. Estaba vez Emma le conto como había logrado escapar, le contó sobre el sujeto que la tenía cautiva, de la casa en donde la habían tenido todo ese tiempo, lo del hospital y la razón por la que escapó, de la señora que ahora era la dueña de su casa. La conversación se tornó larga, pasaron casi todo el día hablando de lo que había sucedió.

—Esto parece irreal…perdóname…debí buscarte más, lo siento mucho.

—No, no es tu culpa, no hiciste nada mal, tenías que continuar con tu vida. Tampoco sé lo que sucede y sobre todo no entiendo porque no envejecí en este tiempo, pero estoy segura de algo, que esas inyecciones que me ponían tienen algo que ver.  Supongo que me dopaban tanto, que no me di cuenta del tiempo y lo más triste es descubrir que perdí cinco años de mi vida, me arrepiento tanto de haber ido a esa fiesta, sino hubiera ido esto no hubiera pasado.

— No fue tu culpa, nada de esto es tu culpa.

—Cuánto habrá sufrido mi mamá, yo era lo único que ella tenía ¿Sabes algo de ella? Quiero encontrarla y decirle que su hija sigue viva, decirle que la extraño muchísimo y que la amo.

Luis la abrazó con mucha fuerza.

—La última vez que hable con ella, fue hace un año. Después de vender la casa se fue a Lima, mencionó que tenía un amigo y quería visitarlo, mantuve contacto con ella por llamadas, pero poco a poco las llamadas fueron siendo cada vez menos. En la última llamada que tuve con ella me dijo que haría un viaje, no me dio más detalles y desde entonces no he vuelto a saber de ella.

Después de la larga charla que tuvieron Luis salió de la casa para comprar algo de ropa y algunas cosas que necesitaba Emma. Mientras conducía por la pista, no dejaba de pensar en toda la conversación que tuvo, se sentía culpable por haber seguido adelante mientras ella sufría tanto. Recordó entonces la última vez que la vio antes de su desaparición.

Estaban en exámenes finales en el segundo año de carrera, Emma estudiaba Diseño Gráfico y Luis Administración, por lo que él no tenía ganas de ir a fiestas hasta que acabara todas sus exposiciones y entregas de trabajo. Llevaban 2 años de novios, pero 5 años de amistad, se conocían desde la secundaría y desde entonces fueron buenos amigos y poco a poco esa amistad fue transformándose en amor. Eran muy jóvenes, pero tenían planeado un futuro juntos. Ese día Eliana los invito a una fiesta de cumpleaños de un compañero de su facultad, Eliana era la mejor amiga de Emma, por eso aceptó en ir a la fiesta. Sin embargo, esa noche mientras esperaba su taxi, para regresar a su casa, algo pasó y no se supo más de ella.

Luis estaba en su casa, cuando la mamá de Emma lo llamó, preguntándole si sabía algo de su hija, esto lo desconcertó, ya que era muy tarde y Emma no acostumbraba a quedarse tanto en una fiesta, salvo cuando iba con él. Esa noche tanto la mamá de Emma, como Luis pasaron un calvario buscándola, pero nunca la encontraron. Desde entonces Luis se culpaba por no haberla acompañado.

Luis regresó a su casa con las compras que había realizado, Emma mientras tanto lo esperaba con el almuerzo listo, después de comer, se pusieron a ver una película en la sala, pasaron una tarde de reencuentro entre dos enamorados, no hablaron más del tema de la desaparición, solo querían disfrutar del momento. Porque al final de cuentas, son esos pequeños momentos, los que se quedan en la mente y en el corazón. Eso que ahora es insignificante, mañana será el recuerdo más bonito.

La noche se hizo presente, Emma se encontraba en la habitación, cuando Luis toco la puerta e ingresó, dijo que solo quería sacar algo de ropa, ella rio y con confianza le respondió que podía entrar cuanto quisiera ya que esa era su habitación. Mientras buscaba en su armario, Emma se le acercó y le preguntó si recordaba la primera vez que ella había estado en su cuarto, él la miró y respondió que jamás lo olvidaría. El ambiente se puso muy intenso pero nostálgico, como si en ese mismo instante ambos recordarán simultáneamente los momentos que vivieron en sus años de novios. La tensión se incrementaban Emma dio el primer paso, le dio un beso a Luis, uno tierno, pero con un gran significado, Luis se dejó llevar, luego el respondió con un beso mucho más intenso, irradiaba deseo y amor en sus caricias. Se dejaron llevar por sus sentimientos, cada caricia, cada beso, era lo que ambos necesitaban. Mientras se entregaban uno al otro, Luis vio los moretones que tenía Emma en los brazos por culpa de las inyecciones, él los besó con mucha suavidad luego mirándola a los ojos le dijo que jamás la había olvidado.

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