"PARRICIDIO: HORROR ABSOLUTO"

"PARRICIDIO: HORROR ABSOLUTO"

Por: Kryst C. Lyonels Lyonels

PARTE 13: ¡¡¡MACABRO!!!: “DESAPARICIÓN DE 5 NIÑOS Y HALLAN RESTOS MORTALES DE 4 MAESTROS”.

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Era la mañana de un día de primavera casi como cualquiera… digo, casi, porque en los últimos quince días, habían desaparecido no menos de 70 personas del jardín lindante al lujoso y monstruoso orfanato en el que me encontraba viviendo…

¡¡¡75!!!, para ser exactos. Ni uno más ni uno menos. Y a eso de las 9:45 a.m., mientras nos encontrábamos en el salón de música, practicando con los instrumentos, una de mis maestras miró con terror la pantalla de su celular. Era un modelo de Samsung, pero con el cristal de la pantalla terriblemente rayado y quebrado.

¡Oh, por Dios!—exclamó la pobre maestra de Música, al tiempo que se desplomó pesadamente contra el suelo. Aterrada, Elizabeth Rombell, (la joven reemplazante y colaboradora suya), intentó socorrerla, al tiempo que bajo el cuerpo de la maestra titular, comenzó a manar un grueso manchón de sangre, la que corrió rápidamente como un feroz maremoto del horror, tintando con su mortal color escarlata el centro de la sala de música.

__ ¡¡¡Mierda!!!- vomitó aterrada, la señorita Rombell, mientras le practicaba respiración boca a boca y demás primeros auxilios… sin éxito alguno.

__ ¡Thomas! ¡Llama de inmediato a la directora! ¡A la señora Kalpest! ¡¡¡Apúrate, que se nos muere Gallagher!!!—chilló con desesperación la joven reemplazante, mientras un mar de ácidas y lacerantes lágrimas incendiaban su rostro…

A los tres minutos, arribó la directora Kalpest a toda velocidad… y justo en ese momento, una ambulancia de la empresa: “Mountain Sky Blue”, se detuvo frente al jardín. Y, de inmediato, descendieron 4 camilleros y 1 doctor. Los camilleros ingresaron a las carreras, y, sin dilación, recogieron el cuerpo de Sonya Gallagher, de 39 años. Y,  luego de subirla con celeridad, el médico la revisó e intentó estabilizarla, pero fue imposible. La maestra Gallagher, murió dos minutos más tarde. Y, varias horas después en el noticiero de mediodía, informaron del fallecimiento de la señorita Gallagher, la que, según fuentes periciales confiables, falleció como resultado de un paro cardíaco. “¡Muerte súbita, como le llaman!”, aunque, ciertamente la señorita Rombell, quien era casi como una hermana para Gallagher, no creyó ni una palabra de los resultados de los peritajes forenses.

Y, cinco horas más tarde, en el turno tarde del citado jardín, propiedad aparentemente también de la directora Kalpest, mientras yo me encontraba en el baño de varones, orinando, y mis amigos, jugando al baloncesto en una cancha cerrada, muy cercana al baño en el que yo me hallaba, justo en ese momento, giré mi cabeza y creí divisar una esotérica sombra, moverse con rapidez, en aparente dirección hacia el comedor. Pero fue tan fugaz su paso, que no alcancé siquiera a descifrar si era la sombra de un hombre, mujer, o quizás un niño o niña. Mi cabeza giraba y giraba como un diabólico trompo a punto de estallar, y, al acabar de orinar, me higienicé como pude y cerré con extrema prisa el cierre de mi pantalón negro, con tal mala suerte, que me cercené parte de la piel de mi pene, y esta, de inmediato, comenzó a escupir sangre a cataratas. ¡Grité, pidiendo auxilio!, pero nadie vino a socorrerme. Me sentí atrapado en un cuarto sin salida… con destino al infierno. No sé qué mierda pasó después. Solo recuerdo que desperté en un hospital, a 4 kilómetros del orfanato, y me habían suturado la herida. ¡¡¡7 puntos en total!!!

Y, sentado junto a mí, había un hombre, de cabello colorado y ojos saltones, que nunca había visto en mi vida, y, una diabólica chiquilla, mientras me miraba como a un puto insecto, se descostillaba a carcajadas…

¡¡Todo muy oscuro!!! Todo terriblemente extraño. Justo en ese momento, recibo un mensaje de Benisson por Ikshipes, una aplicación similar al prehistórico Telegram, pero mucho más avanzada, impulsada con IA y demás chiches.

¡El mensaje me dejó más blanco que el papel!: Era Benisson, uno de mis amigos, y su mensaje decía así: “Fueron 5 niños”. “Están desaparecidos… y hay más, los peritos han hallado restos mortales, a la orilla de un río a 20 minutos de aquí. Al parecer, son restos mortales de adultos”. No han salido a la luz aún ni los móviles de la desaparición de los niños, ni quienes eran los adultos fallecidos… ni porqué acabaron como fiambres.

PD: ¡Cuida bien tus espaldas… el próximo podrías ser tú!

Saludos: Benisson: “YATHN”.

Aproveché la distracción reinante en la sala y apagué el móvil de inmediato, ocultándolo de las miradas.  En tanto, no pude parar de pensar en el esotérico y misterioso mensaje de Benisson y ese “YATHN”. Justo en ese momento, súbitamente, se cortó la luz en el hospital y mi cuarto quedó bajo la tiniebla más absoluta. Creo que me dormí profundamente. Pero, al regresar la luz y buscar mi móvil, este ya no estaba...

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