Mi madre cayó en el hospital. La trasladaron de urgencia, pues había perdido mucha sangre y corría serio riesgo su vida. Y, tras una dos intensas semanas de rehabilitación, mi madre, regresó nuevamente a casa, no sin antes comerse una docena de puntos de sutura por los cortes ocasionados por los botellazos dados por el hijo de puta de mi padre a Olivia, mi madre...
Ya era moneda corriente que la basura de mi padre, al llegar de trabajar, pasara derechito al "cuartel general" de la vieja malparida de mi abuela y tras esta basura, "cargarle los cartuchos" al idiota cavernícola de Robin, este desatara su cólera contra toda la familia, reventándonos a golpes. Para colmo de males, mi hermanito de tres años, Andrew David Phoenix, a su corta edad, lo confrontaba al desquiciado de mi padre, Robin, haciéndolo estallar de furia con sus dichos y actos. Yo, por el contrario, era más tranquilo, más calmo, o, al menos eso era... hasta que la mierda de vida que estoy viviendo despertara en mí, el más letal de los demonios, la más ardiente de las cóleras. Ciertamente, no soy un santo, pero evito a toda costa confrontar a la rata inmunda de mi padre. Le tengo terror a las palizas que ya se han hecho carne y moneda corriente en mi vida. Y, para colmo de males justo hoy... es el cumpleaños de uno de mis primos, el cuál tendrá lugar en casa de mi abuela: una humilde casa de ladrillo, pequeña pero acogedera en la cuál, mis abuelos maternos: Conrad Patrick Summer y Letty Valentine O'Railly, han constituido su nidito de amor...
Para colmo de males, la vieja mierda de Helena, mi abuela paterna y mi padre, detestaban a la familia Summer: la familia de mis abuelos paternos, o, en el peor de los casos, les tenían enfermiza envidia, pues, ellos se amaban, cuidaban y respetaban, cosa que con la lacra de mi abuela y abuelo paterno, nunca ocurrió. Mi abuela era una vieja más puta que las gallinas y se revolcaba con cualquier tipo, no le importaba nada... solo que le den una buena cogida. Y era tan hija de puta que hasta abortó tres veces... insertándose un pepino bañado en alcohol en la vagina y matando al feto casi formado en el interior de su cuerpo. ¡Vieja pedazo de mierda!
En fin. Eso es la punta del iceberg. A lo que iba... ese día era el cumpleaños de nuestro primo William y todos llevaron carne y comidas variadas y rápidas y comimos hasta saciarnos. Y justo en el momento de soplar la vela de la torta, William le da un codazo en la nariz a mi hermano Andrew, quien se le adelantó y sopló la vela antes que él... haciéndola estallar en sangre. ¡Cosa de mocosos! Y de inmediato, Andrew se vengó y le dio un puñetazo en el ojo izquierdo dejándoselo hinchado y amoratado. Y acto seguido, se trenzaron ambos en la pelea... y tras dejarse ambos el ojo negro y los labios partidos, tras muchos intentos de luchar por separarlos, mis padres y los de William, lo lograron. Pero la cosa por desgracia no acabaría ahí y William de sus padres apenas recibió un regaño y justo entonces, mi padre, Robin Leay Phoenix, tras coger de la mano con extrema violencia a mi hermano, lo trasladó hasta nuestra casa a pocas cuadras de allí y sin piedad ni remordimiento, le reventó las pelotas a patadas, mientras él, terriblemente adolorido, chillaba de dolor, retorciéndose como una culebra...
En tanto, mi madre, quiso interceder y calmar los ánimos, pero la escoria humana de mi padre... hizo estallar en su cara un sinfín de cachetazos, dejándole el rostro color sangre al tiempo que las lágrimas, caían como pesadas y ácidas gemas surcando el tobogán de su rostro. No pude hacer nada para evitarlo y mi cólera iba en aumento...
"Desgraciadamente... me empezaba a convertir en un auténtico terror para todos, en esa bestia asesina que jamás imaginé ser".
¡No tenía escapatoria... mi destino estaba marcado con sangre y no lograría hacer nada para detener de una vez por todas este puto virus del odio que me hacía estallar la sangre!
"Lo intenté todo... pero ese puto demonio fue mucho más fuerte que yo!"
