Ese día justo nos dirigíamos, yo, Helena y mi madre Olivia con destino a Miami, con el fin de pasar una semana de estadía en casa de unos parientes de mi abuela: Helena Alexia Phoenix...
Tuvimos que esperar como cuatro autobuses, pues, para desgracia nuestra... se nos ocurrió salir en las "horas pico" y los autobuses iban cargados hasta las narices de pasajeros... que más que autobuses parecían camionetas llevando un centenar de cerdos con destino al matadero o, en el peor de los casos, un auténtico y asfixiante hormiguero. Hacía un calor que ampollaba los huevos, hasta que, por fin... tras dos horas y media de intensa y larga espera, por fin nos recogió un autobús con suficiente espacio... ¡milagro divino!, no obstante... todo vaticinaba que iba a ser el día más horroroso y doloroso de mi vida y ¡no me equivoqué! Primero subió mi abuela Helena, luego mi madre... y justo cuando estaba por subir yo, ni bien pisar el primer escalón, el hijo de puta del conductor aceleró a toda velocidad el coche y sin dilación, me estrellé contra el pavimento en llamas...
Por desgracia, el maldito conductor ya se había pasado dos cuadras desde el lugar donde caí... y, ante los insultos y desesperación de mi abuela y mi madre y toda la gente en el vehículo presente, furioso, se vio obligado a retroceder y auxiliarme...
En tanto, yo, sentía un dolor punzante y ardiente como puñalada a sangre fría, primero en todo el cuerpo y luego, el dolor se focalizó en mi hombro derecho. ¡Me había dislocado el hombro! ¡Maldición! Y justo en ese preciso instante, descendieron a toda prisa del vehículo, el conductor, mi abuela Helena y Olivia Summer de Phoenix, mi madre... con el fin de auxiliarme. Justo entonces, mi abuela Helena... estrelló un furioso cachetazo en la cara de mi madre, Olivia... "por dejarme caer a propósito", según ella. Y, mientras la ambulancia que había llegado recién, me trasladaba con destino al hospital más cercano, mi madre justo ve pasar al grandísimo hijo de puta de mi padre en una motocicleta oscura... a los besos con una rubia teñida y desdentada, pero muy exhibicionista, pues se veía casi todo: sus enormes senos que saltaban a los costados y, en la parte baja... totalmente desnuda, a excepción de un hilo diminuto que apenas le tapaba el culo...
¡¡¡Puajjj...!!!
Y pasaron esas lacras a toda velocidad... mientras se reían a carcajadas de mi pobre madre... quien estaba llorando. Un poco por el dolor del rabioso cachetazo de mi abuela y otro poco por el dolor de enterarse que su esposo y padre de sus hijos: Robin, le era infiel...
¡El mismo angelito de ojos celestes del que se enamoró, casó y con quien formó su familia... y el mismo malparido que la hizo mil pedazos!
En fin... el desgraciado viaje quedó totalmente trunco. ¡Y la despiadada de Helena, ya en el hospital y sin dilación, a los pocos minutos telefoneó a mi padre, y, mediante una videollamada por Fooxit, una versión más avanzada y moderna de la jurásica aplicación conocida como Whatsapp, "le informó a este sujeto que Olivia Summer de Phoenix, mi adorada madre, me dejó caer a propósito del colectivo". Y entonces, Robin... quien había estado bebiendo en exceso y consumiendo drogas a patadas, a los veinte minutos, arribó al hospital: "Southern Medical", y, tras hallar a mi madre, se la llevó a los empujones y puntapiés del lugar... ante la atónita mirada de los guardias de seguridad... quienes no hicieron nada por impedir esa violencia. Y, mientras la vieja puta de mi abuela aguardaba en la sala de espera fumando un cigarro... mi padre y mi madre: Olivia, discutían ferozmente en el interior de nuestra casa... tras coger un taxi y llegar hasta allí con celeridad.
__ ¿Por qué dejaste caer a Jason...? ¿Eres idiota? ¿Qué clase de madre eres? ¡Eres una basura...!, disparó su arsenal de insultos, Robin...
__ ¿Y, tú...? ¿Qué hacías con esa mujerzuela a los besos en tu motocicleta de trabajo...? ¡Eres una mierda y un maldito infiel...! Y entonces, tras cogerla del cuello, sin dilación, Robin le reventó la cara a cachetazos a mi madre. ¡Y ella le hizo frente y lo siguió insultando con muchísima más fuerza! ¡La tensión estaba por las nubes y el ambiente... era un jodido horno a presión a punto de estallar! Y fue entonces, mi mal llamado padre cogió una silla de acero y la estrelló con extrema violencia contra la cabeza de mi madre...
Y esta se tambaleó y Robin la sostuvo y antes de que Olivia pudiera defenderse, le enterró la punta de una sevillana en los dos ojos... y acto seguido la apuñaló sin parar sesenta y cuatro veces... mi madre cayó al suelo, mientras chillaba y se retorcía de dolor mientras la bestia malparida de mi padre, le pisaba la cabeza con fuerza...
Justo entonces... un vecino que oyó los gritos desgarradores de mi madre, entró a la casa, pateó la puerta y le dio un feroz puñetazo a mi padre, Robin... quien quedó inconsciente durante horas. Y acto seguido, llamó de inmediato a una ambulancia, la cuál arribó enseguida y trasladaron a mi madre. Por desgracia, Robin, le había reventado los globos oculares y mi amada madre... ¡jamás volvería a ver! Justo en ese momento, tras varios intentos fallidos por acomodarme el hombro dislocado, los dos médicos lo lograron...
__ ¡Ayyy...!-- chillé terriblemente dolorido... pero por suerte, el dolor se fue apagando con el correr de los minutos...
Luego, los médicos, tras avisar que todo salió perfecto y me habían ya acomodado el hombro, la diabólica anciana de mi abuela, tras agradecerles, me cogió de las manos y... al salir del hospital, para calmarme del todavía punzante dolor... me compró cinco cajas de bombones y paletas... mientras sonreía con su malévola y payacesca sonrisa... ¡como cantando victoria...!
¡Cómo la odiaba...! Mientras, mi pobre madre... tras doce horas de operaciones, le confirmaron la peor de las noticias... la que sonó en los oídos de mis tías como un ultimátum de guerra:
__ ¡No se pudo hacer más nada, señoras...! ¡Olivia quedó ciega! "Respecto a las puñaladas... tuvo suerte de no haber muerto, Olivia, pues ha perdido mucha sangre y necesitó varias transfusiones! ¡Lo lamento, dijo el doctor Lancaster Jones!, y luego... se retiró con celeridad con destino al baño. ¡Entretanto, todos: padres, nietos y sobrinos de Olivia.. lloraban a mares la terrible noticia!
"¡Nuevamente, no pude hacer nada para salvar a mi madre...! Mientras, el veneno corre rabiosamente por mis venas y los demonios juegan a la ruleta rusa con mi cabeza..."
"¿Seré capaz de detener a tiempo sus embestidas...?"
"¡Mi corazón... me dice que no!"
"¡Al parecer... mis cartas están marcadas con sangre...!"