Sueños Alternativos

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—Creo que mis sueños son extraños —dijo, mientras clavaba la mirada en la pared de donde colgaba un enorme cuadro de Van Gogh.

La psiquiatra Williams frunció el ceño, llevaba alrededor de seis meses atendiendo a Frank y lo cierto era que hasta el momento no había podido descifrarlo, no lograba entender qué es lo que ocurría en su mente.

— ¿Extraños? —preguntó, haciendo que Frank la observara de nueva cuenta— cuéntame de ellos —agregó.

Frank tragó saliva, de nuevo y como solía hacerlo, desvió la mirada.

—Es que… cada que sueño siento que todo lo que está pasando es real, quiero decir, como si eso no fuera solo un sueño, como si yo estuviera en ese momento ahí, viviéndolo, pero en una realidad diferente —hizo una pausa y al notar que la doctora Williams permanecía en silencio, continuó—Creo que es verdad eso de que existen otras realidades y creo que yo las visito cuando sueño y lo que sucede ahí me pasa a mí en verdad, usted no me cree, nadie me cree, pero…

Frank le enseñó uno de sus brazos a la doctora Williams, mostrándole una cicatriz que tenía ahí.

—Esto, esto lo tenía de pronto al despertar…

De nuevo, la doctora Williams frunció el ceño sin comprender. Intentó hacer memoria, recordar si aquella cicatriz ya se vislumbraba en el brazo derecho de Frank en las veces anteriores que lo había visto, pero no lo logró, no logró recordar con claridad.

—¿Y cómo fue que te hiciste esa marca? —indagó.

—Yo no me la hice —contestó rápidamente Frank, casi interrumpiendo—yo… ayer, ayer cuando estaba en la Universidad después de la clase de Matemáticas me quedé dormido, y… sucedió, de nuevo, como en cada sueño, estaba yo, estaba ahí en la universidad, pero no era esa universidad, era diferente, todos, mis compañeros, mis amigos, no eran ellos, aunque se vieran exactamente igual…

La doctora Williams observó a Frank con sumo cuidado, lo cierto era que estaba hablando mucho más de lo que lo había hecho en los últimos meses y con sus palabras y el tono de estas, reflejaba la preocupación que aquello le hacía sentir…

—Creo que yo, ni siquiera era yo…

¿Esquizofrenia?Escribió la doctora Williams en su cuaderno de notas que siempre llevaba con ella al atender a algún paciente, lo escribió así, con signos interrogatorios, porque ni siquiera ella estaba segura de si eso sería el diagnostico para Frank. Aunque podía intuirlo, después de todo, eso que había vivido aquel chico fácilmente podía haberle causado ese cuadro esquizofrénico. Había visto morir a su familia completa, y la doctora Williams más que nadie sabía como eventos externos podían alterar la psique hasta ese punto. Tal vez era lo que ocurría con Frank.

—Frank —habló al notar su silencio—recuerdo que hace unas semanas me contaste que estabas leyendo un libro, sobre las realidades alternativas y los universos paralelos —Frank asintió, recordando que aquel libro era uno de los mejores que había leído y tal vez, aquel que contenía la verdad—Y recuerdo también que antes, has leído otros libros y has creído que lo que sucede en ellos tal vez sucede en la vida real —esbozó la doctora Williams, intentando hacer entrar en razón a Frank…

—No, esto no es igual —respondió Frank de nuevo desviando la mirada— sé que a veces me obsesionó con las cosas, pero esto… esto no, los sueños, ese libro dice que las realidades alternas existen, que nosotros podemos visitarlas y yo creo que eso es lo que a mí me sucede, pero no es algo que me haya sucedido apenas, doctora Williams. Toda mi vida me ha parecido que mis sueños son realidades, pero lo que ha sucedido los últimos meses es… diferente. Como si pudiera quedarme atrapado en alguna de esas realidades y el autor, el escritor de ese libro dice que hay realidades terroríficas, esa fue una que visité ayer…

La doctora Williams hizo otra anotación en su libreta: realidades alternativas, atrapado en ellas, después de subrayar ambas palabras, volvió a hablar.

—Háblame de lo que viste ayer, Frank.

Frank apretó los labios, después de removerse un poco en su asiento, respondió.

—Estaba… estaba en mi universidad, pero todo era oscuro, diferente, aunque mis compañeros estaban iguales, yo sabía que no eran ellos. Y entonces entré a ese baño, caminé hacia el espejo enfrente de mí y pude observarme… ¿Cómo explicarle lo que vi? Quiero decir, era yo, pero yo sabía que no lo era, ese hombre que se reflejaba en el espejo no era yo, aunque se veía exactamente igual a mí. Y él intentó, intentó meterme en el espejo, el espejo se rompió en mi brazo cuando él intentó hacerlo… hasta que de pronto yo desperté, ahí en el salón de Matemáticas justo donde me había quedado dormido. Y tal vez puede pensar que todo era una pesadilla, pero entonces, ¿por qué la marca en mi brazo?

Doctora Williams, las realidades alternativas existen y tal vez lo que es peor, las realidades alternativas donde hay seres como nosotros, pero terroríficos existen también. Y yo… yo puedo visitarlas…

La doctora Williams carraspeó, con su pluma subrayó aquella palabra que había escrito al principio,¿Esquizofrenia?y agregó, remarcando las letras con su pluma: Esquizofrenia paranoide.Observó su reloj, dándose cuenta que la hora de sesión había terminado, despidiéndose de Frank.

Frank llegó a su casa después de la sesión, casi 30 minutos de distancia tenía que recorrer, así que el reloj marcaba las 9 de la noche. No quería dormir, tenía miedo de ya no volver a despertar por quedarse ahí, por ser capturado por aquella realidad que no sabía cuál sería. Podía ser una agradable, de esas muchas que había visitado, donde la pasaba bien y conocía cosas que probablemente la mayoría desconocía. ¿Cómo explicarlo? Era como si fuera otro mundo, muy parecido al que habitaba, pero diferente, los árboles eran diferentes, el cielo era diferente, los lugares, incluso las personas, aunque se vieran muy parecidas a las que conocía en la vida real.

Pero la realidad que había visitado el día anterior le había quitado el aliento, no quería volver a estar en ese lugar, que, aunque parecía ser su Universidad, no lo era, él lo sabía.

Después de cenar y de leer un poco, el sueño le estaba venciendo, intentó distraerse viendo alguna película, pero esto no sirvió, finalmente y poco a poco se quedó profundamente dormido.

¿Dónde estaba? Se preguntó, observando aquellas cuatro paredes blancas a su alrededor, observó también su vestimenta, aquella especie de chaleco que lo envolvía, casi impidiéndole respirar…

—¿Acaso es un…? ¡No estoy loco! —gritó, entendiendo por fin en dónde se encontraba— ¡No lo estoy! ¡Sáquenme de aquí!

Los gritos se fueron perdiendo en la nada y Frank no lograba entender si aquella tan solo era otra realidad alternativa que había visitado en uno de sus sueños o tal vez, algo mucho peor, aquella más bien tan solo era la realidad, su realidad. Frank vivía atrapado en su mente y de ahí no podía escapar.

 

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