Vago sin rumbo. Nadie me ve, ni me escucha. Los otros, esas y esos que no soy, se tropiezan y gruñen abstraídos . No me ven, porque sus miradas están fijas en las pantallas cegadoras de sus touch.No me escuchan, porque en sus oídos cimbran las ensordecedoras letras de un hip hopo quizás, la voz hum...
No es una declaración infundada. Tengo motivos de peso para decirlo. Es decir, hay síntomas que lo corroboran. En primera, soy bastante proclive al llanto. Nunca me derrumbo delante de la gente, pero en la soledad de mi departamento durante las noches es otra historia.
Aquel día amaneció nublado, un año había transcurrido desde que la apresaron. Lucy se encontraba sin motivos para celebrar, no fue encerrada en la cárcel municipal, nunca cometió algún delito, las razones del cardenal para recluirla en aquel viejo convento eran otras. Eso ya no ten&iacu...