¿Te podrías imaginar que con la palabra amor solo habrían cosas buenas, tales como alegría, cariño y buenos momentos, cierto? Pero no, ya que para algunos esa frase está llena de recuerdos dolorosos que queman el alma.
Yo viví 16 años con un hombre que me consumía por completo, robó cada parte de mí, haciéndola añicos, destrozó mis sueños y eclipsó mi deseo de algún futuro mejor, haciéndome creer que sin él yo no valdría nada, que si soltaba su mano me perdería en el camino del olvido, que si decía una palabra de más, sus fríos ojos me miraban mientras hacía una mueca de desprecio y me dejaba tirada como una muñeca de trapo en el lodo. Me confundía con gestos amorosos cuando sentía que podía perderme, ahí me llenaba de regalos y halagos para luego, sin previo aviso jalar de mis pies devolviéndome así a la tierra y recordarme que él es quien realmente era importante...
¡Que yo solo era una pieza en este juego de ajedrez, que estaba en su partida! Mi opaca compañía solo le servía para aumentar su ego, su amor por mí solo era una máscara para ocultar sus carencias afectivas
Y así fueron pasando los años, siendo la sombra de alguien sin corazón.
Autor:Luna Escarlata
En el Medio Oriente, Aiko, una ingeniera aérea, descubre un espejo de jade con grandes poderes celestiales. Junto a Hiroshi, enfrenta una lucha de poderes. Despertando a los dioses mecánicos para restaurar la armonía, forjando un equilibrio en el cielo metal y la tierra seda.
Y se hizo uno con su entorno.
El bisturí atravesó mis tejidos hasta desgarrarme el abdomen. Palparon mi intestino grueso. En las manos de mis torturadores parecía un gusano. Indefenso, oprimieron mi órgano con múltiples tenazas, y utilizaron los alicates para estrujar cada milímetro de intestino...
Escúchame Silvia, te he traído hasta aquí por una razón. Aunque estés atada y amordazada, debes confiar en mí, por eso somos amigas. No te preocupes corazón, estoy aquí, contigo —beso tus mofletes—. Mira mis ojos, respira; acuérdate de cómo jugábamos juntas ...
