Una Eterna Espera

Con mi familia compramos una hermosa casa esquina, aquella que al verla por primera vez "sientes que te llama".
Todos estábamos de acuerdo que era la elegida, así que el día de la mudanza llegó y nos organizamos para que todo saliera perfecto. Al terminar de ordenar las cajas en nuestro nuevo hogar, mi pequeña hija Ederina decidió explorar el lugar, no nos preocupamos, ya que en ese momento no pensamos que habría peligro, pero que idiota soy! ...
Estaba tranquilo, ya que se podían escuchar sonidos de pasos en el segundo piso y una pequeña carcajada. Llegó el momento de cenar y comencé a llamarla Ederina ven a cenar! Pero nada no había respuesta, hija baja ya, se enfriará la comida!
Pero nada aún, decidí ir por ella. Subí al segundo piso, busque bajo su cama, clóset, en los baños y en los demás dormitorios... Por más que gritaba no tenía respuesta alguna, ya desesperado pedí ayuda para seguir buscándola. 
Solo pensaba que mi pequeña tenía 5 añitos que podría hacer ella sola? Tomé la linterna y salí a buscarla, mientras me adentraba en el inmenso lugar solo podía escuchar el crujir de las hojas y el cantar de los grillos, pero ningún rastro de mi  pequeña. Al llegar casi a los límites del territorio pude ver la estatua de una niña llorando amargamente, al observarla detalladamente y tocarla, pude sentir que me dijo papi ayúdame!
Asustado corrí nuevamente a mi morada y decidí no decirle nada a mi esposa, pues quien creería algo tan absurdo?
Afligido decidí que ya era hora de llamar a la policía, así iniciar un rastreo, pero no sirvió de nada, ya que nos dejo en el punto de inicio "simplemente se había esfumado del lugar ". Recordé que mi hija tenía un reloj que se podía localizar, pero según el aparato ella nunca había salido de la propiedad... Cómo mierda, cómo es posible?  grité rompiendo el aparato.
Ya había pasado la noche y nada, por más tazas de café que tomaba, nada me traquilizaba. Volví a revisar cada rincón del lugar, y ya en su habitación pude encontrar tras la cómoda una pequeña llave vieja puesta en un collar, la cual me dió curiosidad y la saqué esperando que en algún instante me fuera útil. Antes que se oscureciera fui donde estaba aquella estatua. La observé detenidamente y pude notar que la niña tenía en sus manos una pequeña caja con un cerrojo, al meter la llave esta calzaba perfectamente sin ningún problema, dentro de esta había una fotografía, además emitía una suave melodía, tanto que el sonido era envolvente, sentía que me hipnotizaba... Hasta que el extraño momento fue interrumpido por el oficial Thomás, me dice que han encontrado un pedazo del vestido de mi hija en una habitación desocupada, mientras más investigabamos más insólito se volvía todo.
En las noches soñaba con una mujer que jugaba con una niña, ellas estaban danzando en un día soleado, mientras que el aire movía suavemente las hojas que las rodeaban, haciendo que el momento fuera perfecto, pero como dicen "nada es realmente lo que parece" de repente el escenario comenzó a cambiar poco a poco... El día empezó a oscurecerse, el rostro de aquella mujer se volvió sombrío y comenzó a jalar sus cabellos mientras emitía un grito desgarrador. La niña comenzó a seguirla, pero tropezó y cayó en el lago, entre sollozos pidió ayuda a su madre, pero está solo la miró con desprecio y la dejó ahogarse.
Conté mi sueño y me dicen que ella alguna vez si la amo, pero desde que su marido falleció la locura fue su refugio.
Por eso nadie quería comprar la propiedad, es por eso que realmente me sorprendió cuando vinieron a decirme que estaban interesados en el lugar. Lo más probable es que Emma tenga a su hija, para no sentirse sola, ella solo quería amor de parte de su madre o de alguien que la apreciara, esa pequeña fue muy desdichada en su corta vida.
Molesto le dije a aquel sujeto, aún así no tenía derecho de arrebatarme a mi bebé. Si lo sé y lo siento señor, pero no puedo hacer nada por usted, me dijo y se alejó de mi perdiéndose en el prado.
Y fue así como pasaron los días, meses y años, los demás siguieron con sus vidas como si nada, menos yo. Cada día recorría la casa gritando su nombre y esperando su regreso.
La soledad fue una cruel compañera todo este tiempo, además del dulce beso de la muerte que me acechaba por haberme  abandonado todos estos años. Ya en mi lecho de muerte aún deseo verla mientras mis ojos se cierran y expirando mi último aliento de vida, pude escuchar unos pasos que venían hacia mí y al girar la cabeza pude verla!  Estaba igual que aquel día, para ella el tiempo nunca paso, mi ángel vino por mí lentamente, se acercó y me dijo papá ven a jugar con nosotras! mientras reía dulcemente sin pensarlo solo le dije si mi bebé, nunca más te dejaré. Desde aquel entonces somos almas sujetas a un crudo destino.
Fin
Autor:Luna  Escarlata