La Máquina Del Tiempo
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El País de la Piel de Toro
Todos los libros del Mundo no te dan la Felicidad pero te conducen en secreto hacia ti mismo.. La sabiduría que buscasteis en las librerías reduce en cada página... y ahora es tuya.
( Hermann Hesse )
Alí encuentras todo lo que necesitas, el Sol, las Estrellas y la Luna pues la luz que tú buscas habita en ti mismo.
( Hermann Hesse )
Madrid 25 /10 /2018
El libro, el mejor amigo del hombre.
Me llamo Enrique, y soy un caballero de poco más de medio siglo, y envidiado, poseé el mejor secreto, gracias a las lecturas, retrocedo o me adelanto al tiempo, en épocas.
Mi edad se va achicando para convertirme en un pequeño joven lector. Según mi máquina del tiempo, puedo llegar a los mismísimos confines de la existencia del hombre en este mundo.
Parece ficción pero es real, estuve en la misma cueva del oso cavernario, no menos de cuatrocientos pliegos. Hojas, tan frágiles, como el cristal y tan añejas como el propio fuego.
La caligrafía vino después, me traslade en la máquinas hasta las mismísima tierras Faraónicas, pudiendo ver en persona al mismísimo Ramsés II, persiguiendo a todo mi pueblo, hasta que un tsunami, en el Mar Muerto los engullo a todos mis enemigos, librándome de todo mal.
Como no tenía en ese momento el papiro para dejarlo en documento, mis canteros en piedra redactaron mi contrato, para generaciones venideras y comprendieran el poder de transcripción y evitar los posibles adversarios de los documentos en papel o libros, teniendo estos multitud de enemigos, como el mismísimo hombre, el fuego, la humedad, el olvido y sobre todo el más peligroso su contenido.
Deje mi máquina del tiempo aparcada, para sus revisiones periódicas, me preguntareis donde para solicitarla, pues donde siempre, para que otros seres de mi misma especie la capitanear, como yo, en la calle Rafael Alberti, 36, aquel que le llaman biblioteca de Miguel Hernández, entre escritores y poetas, conocidos gracias a las canciones de su poesía de Serrat.
La primera máquina que conduje, fue allá por los setenta, la canción del pirata, en la educación primaria, obligando el profesor analizarla, no me gustó mucho, no retenía ni comprendía su mensaje, hasta años posteriores pude comprender, la educación no es dar carrera para vivir, sino templar el Alma para vencer la dificultad de la vida.
Esto lo aprendí en otros de mis viajes, con una antigua máquina del tiempo. Suerte la mía de tener ahora más tiempo, en emborracharme con las letras de los libros, con sus lecciones.
Es una droga cada vez más potente y a la vez más sana que la misma marihuana o la Ayahuasca, que te hacen viajar de otras formas más nocivas. Mi punto de intercambio en mi alucinógena droga, está en las bibliotecas públicas de la Comunidad o ayuntamiento de Madrid.
Yo la tengo por suerte a un paso, todos los días pasó por su puerta en el bus, la tengo presente. Es obligado como mínimo estar una hora diaria absorto en la nueva lección de un libro cualquiera, algunos lo reconozco, su lecturas son desanimadas y pesadas.
Pero no hay que desanimarse, la lectura es más lenta, hasta que cae otro ejemplar bueno, este te lo beberás de un trago, el tomo entero. Desde que viaje a la edad media y quise conocer cómo se hacían las catedrales góticas, no he parado de estudiar, ojear y adivinar contenido literario, llevándome luego a la construcción de los puente de piedra .
Yo no llevo mucho ni tampoco reducido en este saber de absorber, el poco tiempo que tengo para estos menesteres. Ojala lo hubiese descubierto antes pero donde anteriormente vivía, las bibliotecas no existían, hasta mi edad adulta.
Así que deduje que nunca es tarde si la dicha es buena, y no considere el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.
Cualquier texto es bueno, si lo sabes pilotar, si lo escriben con el amor será un escritor romántico son más bien flojos, pero los que triunfan son los que su redacción escriben con el odio, es otra forma de expresar al Amor o de crear.
Estos ejemplares son más cotizados, la narración te llevara al rencor, la antipatía, al sexo, la investigación y al viaje del placer al documento entre ellos algunos personajes.
Venciendo siempre el afecto de ternura de la ficción. Estas máquinas del tiempo, como son los libros, llegan a ser tan fiables y seguras en sus investigaciones, que las agencias de viaje preparan excursiones recorriendo sus escenarios, algunas veces pintorescos de cualquier relato si es bueno y su capitán de la nave del tiempo lo describe bien, puedes aprender más que si te lo hubieses explicado dos veces tu antiguo profesor de primaria, o secundaria como es mi caso.
Teníamos atragantadas las guerras púnicas desde la E.G.B, hasta que el hijo del Cónsul, Escipión el africanus, nos enseñó el arte de la lucha por una República, y el manejo de la estrategia , divide y vencerás.
Pero no siempre fue así, algún que otro general, supo las reglas de sumar y multiplicar, anticipándose a su ofensiva. Forma de vida antigua y que en la actualidad sus pilares se basan en ellas, en las habilidades de la retórica tanto económicas, como políticas y privadas.
Como el abogado y político Lincoln demostró que toda casa dividida en si no suscitará, este viajó en el la nave más antigua del tiempo, la llaman biblia.
La obra literaria, te arrancara sin que te des cuenta, de tus, odios, tus temores, tus frustraciones, tus lloros, tus egoísmos y tristeza, primando siempre el Amor por lo descubierto, conociéndote mejor y a los demás, siendo un poquito más útil a tu sociedad y entorno.
Te sacarán más de una vez una sonrisa y las alegrías de saber que la satisfacción de una buena lectura novelesca, tiene un premio en saber de tus orígenes, aprendiendo un poco más de la historia que te rodea, contada en algo menos que quinientas páginas.
En un buen libro, sus lecturas te llevará a desarrollar varias especialidades laborales, como un buen policía, detective, constructor, forense, viajero, héroe, o vocacionales, sacerdote, maestros, científicos, médicos, como vulgarmente se conoce a un culo inquieto, “aprendiz de todo y maestro de nada”, pero jamás te faltara el investigador que llevas adentro o el pasajero estelar que llevas siempre de acompañante, sin moverte del sofá.
En otra máquina del tiempo, viajé hasta los confines de la segunda república Española, caída en la universidad de salamanca, en octubre de 1936, todos gritaron; el medio hombre viene con enfado, yo desde la tribuna no vi a Blas de lezo, sino a un energúmeno, vociferando, "Muera la inteligencia".
No me quede quieto, al salvaje le respondí, que sus balas, solo van al cuerpo y a la destrucción y no las que Unamuno, utilizó se las devolvió estas si fueron al intelecto y directas al corazón.
Qué son las que razonan y estudian, porque de ellas leyeron el saber de compartir su aprendizaje de la misma época, la vida mísera deductivas con hambruna de la destrucción total, que el hombre sabe hacer de maravilla.
Es tan dura, especialmente que, cuando uno se mezcla con quienes no saben razonar, no tiene mucha elección. Por eso se inventó la política, es tan brillante y emocionante como la misma guerra, en esa solo puedes perder una sola vez tú vida, mientras que en la otra, varias veces te pueden matar, ejecutar y renacer una y otra vez como el ave fénix, renace de sus cenizas todos estas narraciones y escritos están perpetuos en multitudes ejemplares de libros.
No te casaran de leerlos, aunque te sean pesado siempre que el capitán de la nave del tiempo te de rodeos, te disparara una bala directa al intelecto que te harán razonar y le dará orden a tu corazón de tenerla siempre presente, recordando cuando menos te lo esperes como es el caso de este manuscrito.
No te preocupes si se te acumulan muchas máquinas del tiempo y no tienes sitio, para un libro más siempre encuentra un hueco, pero si no es así, las puedes llevar a donde están todas aparcadas, en las bibliotecas, las puedes donar, para que otros navegantes se trasladen a infinidad de dimensiones, pues seguro que otras personas te lo agradecerán, pues la felicidad consiste en poder unir el principio del libro con el final.
La vida es simplemente teatro, nosotros elegimos la obra que nos gustaría representar. Pues la vida es muy simple, pero algunos insisten en hacerla tan complicada, que son los textos a donde se debe recurrir, para enderezar el camino, es bueno el caminar, trabajar a las bisagras del cuerpo aunque caduquen y se queden obsoleta, y empieza los dolores de las articulaciones.
Pero es el otro camino que tenemos que encontrar, el del arrepentimiento de no haber sido tan siquiera ojear un libro, pues dicen el dicho: quien no lee en su vida, está condenado a vivir una sola una vida, mientras que los que estudian varios ejemplares, vivirán en este poco tiempo de paso por el mundo infinidad de vida, a cualquier mejor.
Gracias a los buenos profesores en escuelas y biblioteca, desde muy pequeño, hoy en día, les motivan a percibir su contenido en el texto, que yo desgraciadamente no tuve esa oportunidad ya que mis padres no fueron al colegio por haber pillado de pequeño la cruzada perdiendo al padre, para motivarse en el ámbito de la lectura, aun así hicieron todo lo posible para despertar en mí, la curiosidades de la historia, leyenda y rimas, en la rima no soy muy hábil, solo cuando bajo al bar con la familia a desayunar, y le pido a Manolo, "dos con leches y uno solo".
En fin como decía Pitágoras: educad a los niños, sino queréis castigar al hombre, pero parece ser que muy poco lo saben de sus teoremas. Espero que esta descripción os devuelva una sonrisa, en este mundo loco por el saber.
Este Relato fue al concurso de la Biblioteca de Miguel Hernández
Enrique Manuel Hidalgo para El País de la Piel de Toro