Una Rosa Para Tres Corazones

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Se podía sentir ese silencio tan amargo, que inundaba esa cocina de misterio.

Martin, no podía dormir, se había tomado como de costumbre su té de mezcla de hierbas relajantes y sin embargo a mitad de noche se levantó en busca de algo para comer.. 

Mientras buscaba comida para calmar la angustia que tenía, todo en silencio, donde solo se escucha el ruido del motor de la heladera, y el mastique del sándwich de mortadela y pan negro.

Sentado en penumbras, de pronto una mano en su hombro, la voz de Rosa lo sobresaltó:

_Martin… 

_ ey!! Me asustaste, rosa.

_ ¿Qué te pasa Martín? ¿Qué haces comiendo a las dos de la mañana?

Martin era un tipo normal, su esposa ya lo conocía, y solo comía cuando estaba angustiado por algo, o mucho estrés. Sin embargo, está vez era diferente, se podía notar en su mirada algo perturbador, algo que lo tenía muy preocupado. 

Rosa creía que lo tenía mal el trabajo, ya que él, muchas veces vivía para el trabajo y no para su esposa. Pocas veces estaba en casa los fin de semana, viajaba mucho.

_ Bueno, ¿qué sucede? _ le pregunto Rosa 

_Me levanté porque tenía un fuerte dolor en el estómago y cabeza. 

 Preocupada, le comenta que sería mejor ir al hospital, a la guardia para que lo revisen, a lo mejor estaba por darle un infarto, o tal vez era un pico de presión. 

Pero no, Martin rechaza la propuesta de Rosa, sin embargo ella insistía de que lo viese algún doctor, por lo cual le recomendó llamar a su amigo Enrique que era médico. 

_ no voy a joder a Enrique a esta hora de la madrugada. ¿qué parte no entendes que te dije que no es nada?  

Muchas veces su esposa lo retaba por qué no paraba de comer en todo el día, y siempre, casi siempre comiendo comida chatarra.

_ Pero mira como estás, estás gordo, te dije que hagas dieta y lo único que haces es comer.

_Rosa, déjame tranquilo, en paz… un momento en paz, por favor_ contesta Martín medio enojado. 

Se hace un silencio escalofriante en la cocina, hasta que su esposa, convencida de que algo pasaba, le vuelve a preguntar cuál era el problema, pero él, se negaba a contarle.

 _ ¿qué pasa Martin? Dale habla. 

Él respira profundo, como queriendo liberar el alma de una gran pena, estaba muy angustiado, sentía como una amargura, al ver los ojos de Rosa, se largó a llorar, sus lágrimas recorrían su rostro dejando surcos de pesar. _ siento dolor en mi interior, como mezcla de miedo y bronca _ contesta Martín mirando una mancha que hay en una cerámica de la cocina. _¿ habías visto esa mancha como deterioro a esa cerámica?_ tratando de evadir a la pregunta de Rosa. cambió de tema, como quien quiere olvidar ese malestar.

_ no me cambies de tema y decime de qué se trata, contame, a lo mejor te hace bien, te desahogas.

Rosa se había dado cuenta, que no era una simple dolencia, existía algo más, algo profundo, oscuro.

Él, siempre se quejó de que Rosa jamás le reconocía las cosas que hacía bien, siempre le echaba en cara todo defecto o los errores de él, las discusiones con su familia, y aún así, él sabía que debía contarle a Rosa lo que sucedía, no podía vivir toda su vida con ese terrible pesar. 

Aún así, ella, tenía un carácter fuerte, una mujer firme, con principios, con ideales y pensamientos fuertes, y siempre lo banco a Martín, aún cuando el estaba sin trabajo, cuando tuvo un accidente, cuando su familia lo dejó de lado, ella siempre lo acogió, y fue el pilar de Martín en muchas situaciones donde él estuvo solo, donde ni siquiera sus amigos lo ayudaron.

_ dale mí amor, podes confiar en mi…

Martin confiaba en ella, sabía que podía pedirle cualquier cosa, pero está vez, era difícil. Él siempre le decía que se había vuelto fría, que ya no lo amaba. Aunque él sabía por qué. Cuando se hiere los sentimientos de alguien que confía mucho en una persona, se vuelve fría. Hace un tiempo atrás, había aparecido una mujer que dijo tener un romance con él, aunque negó todo, la trato de loca, por una supuesta deuda que tenía con su marido, Martin decía que esa mujer había llegado solo para hacerle daño, se había vuelto loco, había tirado y destruido muchas cosas en su casa, ese día, había dejado de ser Martín el hombre tranquilo que todos conocían… De ese día, Rosa, perdió un poco de confianza en aquel que era su gran amor. 

_Rosa_ Martin hace una pausa _ es difícil de explicar cómo también difícil de entender.

_ estás enfermo ¿verdad ? Te vas a morir. 

_ para un poco. No es eso… es otra cosa.

Rosa se queda pensando un momento, mientras todo el silencio de esa noche parecía adueñarse de esa casa, y se sentaba en la silla a presenciar esa terrible historia.

_Tenés otra mujer… ¿eso es Martin?

Martín irónicamente le contesta_ si, si no te imaginas, no solo una, tengo dos.

¿Por qué no dejas de suponer estupideces? y me dejas que te explique ?

No era fácil de digerir, él tenía que abrir su vida, contarle lo que pasaba, luego de un momento, Martin comenzó a confesar lo sucedido. 

Aún seguí alterado por un sueño que había tenido, y que tenía todas las noches, sentía angustia por dentro que lo mataba. Pero debía contarle que sucedía, cual era el problema que lo tenía mal. 

Un año atrás, Rosa se había ido a pasear a Córdoba, y Martín se quedó solo. Al despedirla, se fue a comprar la cena, milanesas, papas, helado, y una cerveza. Al llegar a la casa, se dispuso a cenar, hasta que alguien tocó el timbre; abrió la puerta, y había una mujer embarazada. 

Comenzó a gritar, pidiendo que se hiciera cargo de su supuesto hijo, Martin sin saber que hacer, su relación fue meterla a su casa, mientras ella seguía gritando, comenzó a tirar cosas de la casa. Él, no sabía qué hacer, hacía dónde encarar, ella quiso golpearlo con un vaso, pero sin pensar, Martin tomó el cuchillo sobre la mesa y la apuñaló. Esa noche, la luna se entristeció, las estrellas lloraron profundamente

_ Martin, me decís que mataste a una mujer. Te das cuenta de la locura que cometiste, sos un asesino.

En ese momento Martin se puso de pies y le pegó una cachetada.

Ya la vida no era lo de antes.

Ella no entendía cómo una persona pasaba del amor al odio en cuestión de segundos. No era paz, era infierno, esa habitación estaba fría y herida.

En ese momento, Martin agachó la cabeza y comenzó a explicar lo que sucedía, mientras comía unas migas de pan que había sobre la mesa. 

Un año atrás, Rosa había viajado a ver a su prima a Córdoba, luego de despedirla en la terminal, Martin fue a comprar la cena, como siempre fue de comer bien , paso a comprar unas milanesas con papas, una cervecita, medio kilo de helado. Todo iba bien, la noche era especial y ameritaba algo así, ya que él adoraba pasar ratos solos.

Pero esa noche cambiaría el rumbo de su vida, la cena se volvería amarga, al disponerse a comer, golpearon la puerta de la casa, Martin se levantó a atender y de pronto una mujer comenzó a los gritos. rosa lo miro con asombro, creyendo que era mentira todo lo que le contaba, pero no, todo era real, él siguió con el relato, de esa historia tan misteriosa.

Esa mujer pecho la puerta, entro a la casa y comenzó a gritar, era una mujer embarazada 

Rosa interrumpe el relato _ ¿una mujer? Tu amante seguro_

_ por qué no cerras la boca, mierda, déjame hablar, siempre hablas de más_

_¿entonces quién era esa mujer?

_esa mujer venía a decirme que tenía un hijo mío, que me hiciera cargo, comenzó a gritar, y por miedo a que los vecinos escuchen la hice entrar_

(Rosa ya enojada comienza a gritar) _viste, era tu amante, basura… te la llevaste a la cama, seguro que… (En ese momento Martín se levanta y le pega una cachetada) Rosa se queda callada, el silencio era tan espeso como la misma noche mientras por el rostro de rosa cía una lágrima)

(Martin hace silencio un momento y sigue contando) _ traté de calmarla, pero ella seguía gritando como una loca, que me hiciera cargo de mí supuesto hijo, que estaba esperando una nena y que era mía_

(Rosa en silencio, sin saber qué decir lo mira y se anima a preguntar) _ ¿y luego qué sucedió?

(Martin agachó la cabeza, mientras seguís con el relato) _siguió gritando, cada vez más fuerte, y comenzó a tirar la comida, intento pegarme y yo agarre un cuchillo que había en la mesa _

(Rosa se sorprende, todo parecía una pesadilla) _¿qué hiciste Martín? ¿Qué hiciste? no me quiero imaginar.

(Martín confesó lo peor) _ la apuñale, dos veces, una vez en las costillas, la segunda en la panza y cayó al piso_

(Con cara de asombro y miedo Rosa desconociendo a aquel Martín, del cual ella se había enamorado vuelve a preguntar) _¿le clavaste un cuchillo? ¿La apuñalaste? estás loco, no pensaste en tu hija ¿ Verdad? ¿vos no mediste las consecuencias?

_carajo_ (grita Martín ofuscado) _ no era mio, ese embarazo no era mio, esa noche la fiesta de despedida de solteros se descontroló, y Marcelo se acostó con ella, y me hecho la culpa a mí, de que era mio… la impotencia fue tan grande, la locura fue tan… tan abrumadora que solo reaccione así, no tenía opción_

_ si, Martin, la opción era la verdad, decirme lo que había pasado, la situación, un ADN, y cada uno su vida, pero vos decidiste ocultarlo todo este tiempo_ 

_sí mi amor, porque no sabía qué hacer, me había vuelto loco, me había cambiado, era muy grande, muy grande este sufrimiento, este dolor y la verdad que no sabía qué hacer. Cuándo te tomas la pastilla para dormir, en la noche salgo al patio un rato y contempló el rosal precioso que florecen dos hermosas rosas rojas… Y pienso ¿qué pasa si vuelve? Hasta que recuerdo que está muerta _

(Rosa furiosa gritando le pregunta) _¿cómo que la mataste? Vos estás enfermo, te das cuenta el crimen que comeriste.. 

(Martín le responde con tranquilidad) _si,la mata, y nunca medí las consecuencias.

_¿y dónde está? ¿Qué hiciste con el cuerpo?

_ Estuve como dos o tres horas viendo lo que iba hacer… salí a la vereda, me asegure de que haya venido sola, mientras ella estaba tirada ahí desangrándose, yo pensaba qué hacer, entonces me agarró la locura, agarré la pala me puse hacer un pozo en el jardín sobre la orilla de la pared, empecé a cabar, cabe, bien profundo bien, bien, bien profundo y la enterré, luego junte toda la sangre con un trapo, lo escurrí, limpie todo bien con lavandina, me lavé bien las manos, limpie el piso...

(Rosa con cara de asombro y miedo a la vez le dice) _ Para ¿estás diciendo que el cuerpo está enterrado acá en la casa en el fondo del patio donde vos dijiste que había plantado una rosa? 

(Martín con toda naturalidad contesta) _sí mi amor, está enterrada ahí y nadie sabe, solo vos y yo… 

(Rosa ya con bronca le contesta) –mira… para con él "mi amor" que ya no es ' amor" lo que hay acá… acá ya hay algo más profundo. Dios mío, mira que te banquen tantas pero esto es demasiado Martin... demasiado, estás equivocado… cometiste un crimen…. 

(Martín ya furioso, comienza a levantar el tono nuevamente) _¿qué hubieses hecho? Contame, seguro la invitaba a un café, y preguntarle que tal le va en la vida cagandole los sueños a los demas _ respondió irónicamente. 

_ Discúlpame Martín, pero no se me ocurre nada, no sé qué hacer, no sé qué decirte, en esta sí que no te puedo ayudar, en esta no te banco…

(Rosa toma el teléfono y comienza a marcar, Martín se pone de pie y le pregunta enojado) _ ¿A quién llamas?

(Rosa le contesta) _ llamó a belén, ella es abogada, para pedir asesoramiento...

(Martín en ese momento se levanta, camina hacia la cocina, abre el cajón de la mesada y saca un cuchillo mien

tras balbucea) _ ¿ Y si este verano… la rosa del fondo, florecen tres flores roja?

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