El Despertar
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Era un día común y corriente en el que salía del trabajo. Cansada y con ganas de renunciar me dirigía a casa. En el camino me aparece una pluma blanca, no le presté mucha atención, luego de varias cuadras veo otras similares.
Llego, entro, saludo a mis hijos y comienzo a hacer el almuerzo. Me siento y recuerdo a mi abuela cuando íbamos a la plaza y las palomas venían hacia nosotras para pedir comida. De repente aparece un colibrí en la ventana. Dicen que son las almas de los fallecidos que vienen a decirnos que están bien. Me alegra verlo, pienso en mi abuela.
A la tarde salgo a hacer compras y una mariposa vuela a mi alrededor. Veo árboles , flores, plantas y algunos insectos revoloteando. Hace mucho no me detenía a contemplar la naturaleza. A la vuelta encuentro un diente de león, pido un deseo y soplo. Me siento en paz. Esa noche miro el reloj 22:22 .
Al día siguiente camino al trabajo, continúan apareciendo plumas, insectos, quizás antes estaban y no les prestaba atención. En un momento de descanso miro el reloj del teléfono, 11: 11. Qué loco! Otra vez números espejo. Cada vez que miraba el reloj eran números repetidos , me llama la atención.
Estaba dando una clase de literatura cuando comienzo a marearme. Al abrir los ojos estoy en el piso con todos mis alumnos alrededor y un médico. Parece me bajó la presión , me envían a casa a descansar. Los días siguientes me sentí un poco extraña. Estaba muy sensible. Derrepente hablaba con alguien y sentía demasiada empatía. Sentía el dolor ajeno . Absorbía cada problema como si fuera mío. Lloraba por el otro, sentía su tristeza. Sentía la necesidad de ayudar. Quedaba agotada. Llegaba a casa exhausta, abrumada.
Los siguientes días fueron similares. A veces parecía que se me iba a salir el corazón. Me sentía débil.
Un día sentí que me desconectaba, como si estuviera fuera del mundo. Todo a mi alrededor no me pertenecía. Veía gente haciendo lo mismo, como si fueran robots siguiendo sistemas . Veía todo superficial, falso, aparente.
Cada vez me alejaba más de la realidad. Comenzaba a sentirme mal. Lloraba todos los días. Mi vida ya no tenía sentido. Mis afectos pensaban que estaba entrando en una depresión, tal vez por agotamiento mental o estrés . En unos meses empecé a aislarme de todos. Todas mis creencias empezaron a caerse. Ya no creía en nada de lo que sabía (conocimientos, creencias, ideologías ).. Sólo creía que estaba enloqueciendo.
Por momentos me parecían ver señales ( las plumas , los números espejo, los animales) sentía que me querían decir algo. Tenía dejavús constantes, mis sueños se me hacían vividos. A veces mi cuerpo seguía en el mismo lugar pero mi alma flotaba fuera de él. Sentí desesperación por volver a ser quien era. Quería volver a esa vida que tenía antes.
Me reúno con profesionales de salud mental los cuales me sugieren medicamentos para diferentes síntomas (ansiedad, ataques de pánico, estrés, etc) pero me negaba a meterme en eso. Algunas noches tenía insomnio. Generalmente a la misma hora....
Una de esas noches abro el navegador y busco información para saber qué me estaba pasando. Ya no tenía más fuerzas. Para mi sorpresa me aparecen varios textos sobre El despertar espiritual o despertar de la conciencia...
"Un despertar es realmente volver a ti mismo, y es una toma de conciencia de una nueva realidad, y de quién eres realmente. Te sentirás llamado a descubrir el verdadero significado y propósito de la vida, y una vez que empiezas, no hay vuelta atrás."
No hay vuelta atrás... esa frase se repetía en mi cabeza una y otra vez.
Me sentía triste, vacía y perdida. No quería que me sucediera esto, no lo busqué ,quería volver a mi vida anterior.
Me sentía muy sola, fuera del mundo. Pasaron unos meses. Continuaba viendo a las personas actuando en automático. Comencé a ver la realidad con otros ojos. Nadie me entendía. Ya no era la misma de antes. Como si mi yo anterior hubiera muerto y mi cuerpo tenía otra versión de mí misma.
Para mi asombro algunas de mis amigas comenzaban a vivir la misma experiencia . Llegué a pensar que era algo contagioso. Ya no estaba sola. Me sentía más comprendida.
Con el tiempo pude volver a la realidad y sentirme bien.
A veces siento que otro mundo llama. Me aparecen señales que ignoro porque sé que si atravieso esa puerta puede que no haya vuelta atrás. Y si realmente existe, no quiero atravesarla estando viva.
MBM