Voces
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Estoy herida por todas las esquinas del alma y con una brújula rota suelo andar.
Pocas veces perduré en una relación de pareja . Al principio todo iba bien pero cuanto más conocía a la persona más me alejaba. Siempre fue igual.
Quizás me sentía invadida, quizás la promesa de no casarme frente al mar, quizás demasiadas expectativas, quizás los miedos, quizás sentía barrotes en vez de abrazos.
Simplemente dejaba que pase...como el tiempo.
Un día lo crucé, hacía años que no lo veía. Desde el minuto uno todo fue fuego, nunca me había sentido así.
Fuego y cariño, fuego y celos, fuego y discusión, fuego.
Con el tiempo fui mutando, lo hice mío al punto de saber todo sobre su persona antes de que suceda. Al principio fueron sus llegadas, luego sus llamadas, después sus estados de ánimo, podia saber si estaba bien o mal , una conexión impresionante. Luego fueron sus molestias físicas, después sus pensamientos y por último dónde estaba con exactitud.
Una noche me despertaron los truenos, intenté moverme y alguien me hablaba al costado de la cama diciendo " el mundo tal cual lo conocemos va a desaparecer" y si no me crees escucha el trueno. El cuarto se iluminó, me aterró el estruendo y él despertó, lo abracé, no le dije nada pero sabía que algo malo estaba por llegar al mundo.
Todo pasó y ella no se equivocó.
La hija de mi novio tenía cáncer y ante el abandono de su madre me adoptó como su referente, la protegí con el alma , con ese amor que no supe darle a nadie porque era para ella, para nadie más, quizás esa era mi misión acá.
Con el transcurso del tiempo tuve sentimientos encontrados, sentía que algo intentaba cambiar en mí, sentía odio, enojo pero después pasaba. Es raro comenzar a sentir que estás cambiando o perdiendo tu esencia , pero a veces la inevitabilidad gobernaba la casa.
Las drogas y el alcohol fueron su calma para afrontar la situación de su hija, la ira , el desprecio y la indiferencia respecto de nuestra familia se apoderaron de él, vivía en silencio y con la mente en un horizonte desconocido por nosotros.
Pude sentir un" alguien" en nuestro hogar, algo despreciable, con olor fétido que sólo yo podía oír con mi mente, suena extraño era así. Por momentos todo era calma , la calma que anticipa la tormenta.
Llegué a creer que me estaba volviendo loca, sentí que ese alguien que perfumaba la casa y olía a cementerio se estaba apoderando de nuestra familia. Las flores se secaron , los animales enfermaron y nosotros con ellos, mutando en algo desconocido.
La nena no creía en Dios , de hecho estaba enojada con él por su enfermedad , mi novio tampoco , había perdido su fe por el mismo motivo , pensaba que todo era injusto ...y. sí, lo era ! Pero estamos lejos de entender muchas cosas que están fuera de nuestro alcance. Muchas veces me pregunté por qué a ella y no a su abuelo que en la dictadura había matado a tantas mujeres embarazadas...cosas incomprensibles.
La situación familiar fue empeorando con el tiempo, ese olor putrefacto seguía en la casa y nada mejoraba , entendí que alguien más estaba viviendo con nosotros.
Con el entendimiento comencé a investigar , leí mucho sobre los espíritus del bajo astral y lo demonios errantes, les comenté sobre los cambios que debíamos hacer , aferrarnos a la religión, a la fe , curar la casa, usar salmos pero rieron .
Estás loca, dijeron! Claro, la única que podía escucharlo y sentirlo era yo, ¿ por qué me creerían?.
Hice lo que pude, con todo lo que estaba a mi alcance, entendí que tenía un don o una maldición, conectar con seres diferentrs , no sé si llamarlos almas , no se que son . También entendí que mis estados emocionales tenían que ver con ellos y no conmigo , y los síntomas sorpresivos también. No entender puede asegurarte una estadía larga en el manicomio.
Me convertí en una experta sobre estos temas, aprendí que el alcohol y las drogas secan el alma humana y dejan la puerta sin llave para que cualquier huésped se quede y se apodere de tu vida.
Intenté todo pero rieron , se burlaron , me trataron de loca y ya eran ellos , algo de ese alguien los estaba transformando.
Muchas veces, sola en esa casa, Intenté conectar con esa entidad pero nunca pude , siempre escuchaba mentalmente sus insultos cuando estaban ellos.
Me cansé de las burlas , me cansé de que no me escuchen , me cansé de la violencia , de la ira , del desprecio y me fui .
Quedaron ellos tres.
La nena falleció, me contaron que cuando el cura le hizo la extrema unción, despertó, insultó y volvió a morir.
Un día tocaron a la puerta pero no le abrí. Ya no era su mirada , la delgadez se había apoderado de su cuerpo y algo oscuro lo acompañaba, podía sentirlo aunque estuviera del otro lado.
¿ Tomamos un café? -dijo
Y le contesté- No quiero tener una cita con el demonio.
Murciel