Ariel
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Miranda llegaba de su descanso vespertino, estubo trabajando toda la mañana en el centro de la pcia. de Santa fe, con sus compañeros.Se hospedaban en un viejo Hostel y compartían habitaciones. Cuando llegó la cena estaba lista, los varones habian preparado la cena y las mujeres se ocuparían del aseo. De repente lo vió, mirándola, sonriendo, joven, atractivo y casi brillaba en la oscuridad su cabello rubio. Aquel muchacho estaba recostado en el sillón apartado del comedor, quieto, solo le sonreia.
Como es costumbre y mal hábito, Miranda salió al patio a fumar cigarrillos, allí estaba otra vez este muchacho que le sonreía en la cena y ella le habló,
-Hola, que tal, te ví en el comedor, eres de por aqui?soy Miranda.
-Hola! mi nombre es Ariel, encantado de conocerte, soy del interior, vine hasta este Hostel a hospedarme porque mañana temprano tengo que realizar un curso de vialidad, estoy obligado a hacerlo sabes! es que soy camionero, y justo ayer tuve un accidente, podés creer que choqué con un patrullero ja ja.
-Uy estás bien? le preguntó.
-Sí, estoy bien, solo quiero realizar lo que vine a hacer y volver con mi esposa y con mis hijos, en este momento están los tres, esperándome, abrazados y acostados en mi cama, espero verlos pronto...
-Va a salir todo bien, estoy segura! un gusto conocerte, ahora debo ir a descansar, tengo obligaciones también yo mañana!! Que descanses!
Y esa fue su despedida, el muchacho la saludó con una gran sonrisa.
Sus compañeras de cuarto aún no dormían, la esperaban, ella se quitó la ropa y se preparó para acostarse, una le dijo,-Que hacías en el patio hablando sola?
-Que? dijo Miranda,-no estaba sola, estaba con Ariel, un joven muy simpático que me contó cosas de su trabajo y de su familia.
La otra compañera le dijo,- perdón pero yo pasé por allí para ir al baño y te ví hablando sola con el cigarrillo en la mano.
-Es verdad dijo, yo también fui al baño y te ví sola en el patio.
-Chicas, estaba con Ariel, ya se los dije! me están asustando!
Esa noche nadie durmió en esa habitación, nadie más fue al baño del Hostel de noche y nadie se atrevió a preguntar , al otro día, si un muchacho rubio, llamado Areil estaba hospedado en ese lugar.