Anoche, desperté al oír un ruido. Mantuve mi atención unos instantes, pero supuse que era solo un producto de mi imaginación. Giré en la cama y cerré los ojos nuevamente, pero el ruido estaba allí de nuevo, acechándome con su presencia.
Me destape y baje de mi cama cuando aún se seguía oyendo, pasos que resonaban en el piso inferior. Cada huella parecía intensificarse, acelerándose con urgencia. Abrí la puerta de mi habitación y asomé la cabeza sigilosamente por la escalera, mire hacia abajo pero no encontré nada... Solo la obscuridad de mi comedor.
Volví a mi habitación, pero antes de arroparme resonó nuevamente... Aún en esta ocasión pude oír un murmullo repetitivo, un sonido insoportable ilegible se apodero del silencio, repitiéndose de forma incesante una y otra vez. Una sola palabra que heló mi sangre. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, obligándome a levantarme bruscamente. Al acercarme a la puerta, la voz se materializó con fuerza y pude oír claramente lo q decía...
¡ALEJATE, ALEJATE!...
Paralizado, abrí la puerta de un tirón, pero el silencio nuevamente reino en la escalera.
De vuelta en mi cama, intenté convencerme de que todo fue una pesadilla. La calma reinó y, cuando pude desistir de mi miedo y sumirme nuevamente en el sueño reparador...
"TOK TOK..." El golpeteo en la puerta detuvo mi corazón en seco. Un millon de preguntas pasaron por mi mente mientras una gota de sudor corrió por mi frente. Me sentía vulnerable, indefenso ante algo que no podía ver más allá de la puerta.
Sentado en la cama, con la voz temblorosa, grite hacia la oscuridad:
Quise intimidar a aquello que tanto temía pero mis preguntas quedaron sin respuesta, Solo seguían golpeando la puerta sin cesar una y, otra y otra vez.
Aterrado, desconecté la lámpara y me aproximé a la puerta, enfrentando golpes tan fuertes que temí que no resistiría mucho más tiempo. Giré el picaporte y abrí de par en par. Pero….
Una vez más, me encontré con el vacío. Mientras el miedo me dominaba, reuní el último resquicio de coraje para salir de la habitación. Descendí la escalera, cada peldaño me inyectaba terror y adrenalina en cada parte de mi cuerpo. Un frío intenso se apoderó de mí al alcanzar el último escalón, examinar mi entorno y observar con desconcierto.
Frente a mí ¡Era nuevamente la puerta de mi habitación!. Pero, según el descenso, debería hallarme en mi comedor, la confusión me envolvió preguntándome.
Subí despavorido, regresando a la habitación con la esperanza de que todo fuera un sueño. Como un niño que se oculta de un monstruo, me cubrí con las cobijas tapando mis ojos, pero la realidad se mostró más cruel que cualquier pesadilla. Ahora, los ruidos provenían del interior de la habitación.
Desgarré la sábana para dejar al descubierto el rabillo de mi ojo. Lo primero que atrapó mi atención fue el despertador marcando las 11:00 A.M., a pesar de que el paisaje nocturno aún se desplegaba más allá de mi ventana. Giré la cabeza y distinguí una figura en la esquina, de espaldas, contemplando el rincón. Iluminada por el brillo de la luna, se revelaba una figura masculina completamente desnuda, con una gran barba y el pelo enmarañado. Con su mirada fija hacia la pared y su voz Temblorosa, murmuraba una palabra repetitivamente.
¡ALEJATE!
Yo completamente atónito salí corriendo de la habitación, bajé la escalera dirigiéndome a la salida, Pero sin importar el número de escaleras que bajara nuevamente me topaba con la misma puerta. A cada habitación q entre si bien eran similares, todas tenían algo diferente...
Me destape y me aproximé sigilosamente. Tomé la lámpara del suelo con la intención de golpearlo en la cabeza, pero justo cuando elevé mi brazo, la figura giró su rostro….
¡Imposible, ese hombre era yo mismo!
Abatido, me enfrentó con ojos de locura completamente desconectados de la realidad y emitió un grito desesperado.
¡NO HAY SALIDA!
Completamente atónito, huí de la habitación, descendí la escalera en dirección a la salida. Pero, sin importar cuántos escalones descendiera, la misma puerta me recibía inexorable. Cada habitación, aunque similar, revelaba horrores diferentes.
Una oscura morada abandonada, las paredes rezumaban sangre seca, mientras el suelo yacía cubierto de excremento, testigo mudo de la degradación. Rayas en el empapelado desgarrado que cuanta sus días del exilio y la locura en un macabro conteo regresivo, como marcas de una muerte inminente, anunciando un descenso a la locura.
Camas despedazadas, rastros carbonizados de un fuego reparado en días de invierno, paredes rasgadas susurraban horrores pasados. Estropajos mordidos para saciar el hambre de una voracidad inhumana, hasta llegar a la última habitación.Principio del formulario
Finalmente, mi mente reaccionó, recordando el oscuro pasado de este lugar.
Los cuentos que mi madre solía leerme en mi infancia construyeron un mundo donde la violencia quedaba excluida, donde papá no podía penetrar para infligirnos daño. Aquí, la tortura era solo un eco distante. Aquí fue donde mamá buscó venganza, apuñalando despiadadamente a papá y descargando toda su ira. Mis pies pequeños se alejaron rápidamente de esa escena perturbadora cruzaron la puerta y tomando distancia de aquel reguero de sangre, acercándome a la escalera, y el último recuerdo que me asaltó antes de caer fue el grito aterrador de mi madre.
¡ALEJATE!
Mi cabeza golpeó innumerables escalones, terminando desnucada y contemplando mi propia espalda. Al presenciar el resultado de sus acciones, mi madre se arrojó por la ventana de la habitación.
Quizás el reguero de sangre y venganza derramado en esa casa no valió lo suficiente. Esta es mi vida, un bucle constante de delio y horror, como una aguja de reloj pasa por el mismo sitio 1440 veces al día.
Hay cosas que no se pueden evitar. ¿Acaso este es el purgatorio? No lo sé. Solo intentaré conciliar el sueño y esperar un nuevo día, donde NO HAY SALIDA...