El Encuentro

Isobel y Jean Busso se encontraban ocultos en una casa abandonada en la esquina de Enrique Richard con Holanda, frente a la Iglesia Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad, pensaban que los alborotos de esos días eran por su causa,  aun no sabían que las razones eran otras.

¿Pero como había llegado Isobel desde las cercanías del Estadio Nacional a la Plaza Ñuñoa? Lo último que recordaba era haber despertado en la morgue del Centro Urgencia de Ñuñoa, sin saber lo que pasaba. La sed era incontrolable, se abalanzo contra el patólogo  que se preparaba para realizarle la autopsia, de manera instintiva lo ataco en el cuello y bebió de su sangre sin poder detenerse, hasta que el médico cayó muerto. Fue entonces que aterrada por lo que había hecho salió corriendo en dirección al Parque Juan XXIII, luego bajaría por Dublé Almeyda llegando a Plaza Ñuñoa, fue aquí donde Jean Busso la encontraría vagando.

Jean Busso, sabía que Darius se había enterado del plan de Michael para controlar la maldición, él había transformado a Isobel y pronto buscaría la forma de atacar a Michael. De alguna manera, también sabía que Darius estaba detrás de su transformación, pero no podía probarlo, es por eso que había decidido ayudar a Isobel.

_ Michael!, Michael no sabe que estoy viva. Le dijo Isobel a Jean. Debemos encontrarlo.

_ Si lo sé, pero será mejor esperar hasta que anochezca, así evitaremos a la policía en caso que nos busquen. Respondió Jean.

A diferencia de lo que muchos creen, los vampiros si pueden caminar durante el día, pero dado su condición, su piel es más sensible a los rayos ultravioletas, ocasionándoles irritación en la piel, es por eso que prefieren andar de noche.

Al caer la noche Isobel y Jean, se dirigen hacia el Bar Lugus en el Barrio Italia. Isobel padecía de ansiedad por encontrar a Michael pronto. La sensibilidad de los vampiros es mayor que cualquier criatura, sus sentidos son más agudos, es por ellos que sus sentimientos son más exacerbados.

_ Calma Isobel, los hombres lobos frecuentan estos lugares. A pesar que un licántropo no es rival para nosotros en su condición humana,  es mejor evitar la confrontación y mantener un perfil bajo.

Esto era cierto, si bien los hombres lobos eran fuertes sin transformarse, los vampiros también lo eran. La ventaja que tenían los licántropos al transformarse, era el veneno en su mordida que era letal.

Al llegar al Bar Lugus lo primero que se percataron eran las cintas policiales que cercaban el lugar. En eso, dos personas salieron del bar. Jean Busso los conocía muy bien, eran dos brujos de Amelia del aquelarre del Barrio Italia. ¿Pero que harían los brujos aquí? ¿Y porqué estaban las cintas policiales? Pensaba Jean Busso.

Esperaron un rato para asegurarse que nadie más se encontraría en los alrededores y entraron al bar dirigiéndose directamente a las oficinas de Michael. Al entrar encontraron todo desordenado, Jean no tardo en notar las marcas sobre el escritorio. ¿Cómo era posible? ¿Acaso Michael pudo conseguir hacer el anillo? Las preguntas seguían rondando la cabeza de Jean, sin poder entender bien aun lo que pasaba.

_ Isobel debemos salir, aquí no encontraremos nada.

Al salir del bar escuchan varias sirenas de patrullas dirigiéndose por avenida Italia.

_ ¿Qué es lo que pasa?. Pregunta Isobel a un joven que se encontraba cerca.

_ Han acorralado  al asesino del Barrio Italia en el Mercado Condell.

_ ¿Asesino del Barrio Italia? Pregunto Isobel.

_ Si. Respondió el joven. Así es como lo llaman. Hace algunos días ataco y mató  a varias personas en el barrio. La policía no quiso hacer ninguna declaración, pero por lo que se sabe, fue una verdadera masacre.

Fue cuando Jean Busso entendió lo que pasaba. Michael no había logrado hacer el anillo, el dolor provocado por la noticia de la muerte de Isobel había gatillado la maldición. Al ser una maldición, los licántropos no tienen control de sus acciones cuando se transforman, solo se guían por sus instintos. 

_ Isobel debemos ir al mercado, Michael esta en peligro. Dijo Jean.

Al llegar al mercado,  se encuentran con las patrullas rodeándolo y el Inspector con el megáfono pidiéndole a Michael que se rindiera. De pronto Michael sale con una katana en la mano y comienza a transformarse...

(Continuará... )